En aquellos tiempos en los que el número de parados en España superaba los seis millones de personas hubo quien aseguró que solo la existencia de una gran y organizada economía sumergida salvaba al país de una grave revuelta social. Ahora, a cuenta de la pandemia que padecemos hay quien habla de que podemos volver a aquellas cifras de desempleo. Sin embargo, la situación puede ser mucho peor. Está ya pasando en Italia, donde el confinamiento ha provocado también la paralización de esa industria bajo mano que funciona a la perfección en las provincias del sur y ese parón obligatorio está llevando a las primeras revueltas. Por ahora han sido un par de conatos de asaltos a supermercados, pero la cosa puede empeorar drásticamente si no se le pone coto. El Gobierno del país transalpino ha comenzado a movilizar medios para intentar que la cosa no vaya a más.