No engañemos a la gente .No confundamos nuestros deseos con la realidad. No es verdad que el partido de extrema derecha (PVV) que lidera Geert Wilders perdió las elecciones. Quienes perdieron fueron las encuestas. Quiero decir con esto que no ha desaparecido el peligro que supone que un partido que se declara xenófobo y partidario de la salida de Holanda de la UE. Dada la polarización de los comicios entre Rutte, el actual primer ministro, y Wilders, el líder xenófobo, ha pasado poco menos que inadvertida, la noticia de que los grandes derrotados han sido los socialdemócratas. El PvdA. Este partido que formaba parte de la actual coalición de Gobierno solo consiguió 9 diputados. En 2012 tenían 38. Su jefe de filas Lodewijk Asscher, lloró al reconocer la derrota en la noche más triste del laborismo holandés. El castigo, sin duda, es la factura de los electores de izquierdas por el apoyo a las políticas de recortes sociales impuestas por Mark Rutte. El “austericidio” que tanto sufrimiento tiene fechado no solo en Holanda. También en los países del Sur de la UE como Grecia, Portugal o la propia España gobernada por el Partido Popular. Fue, ya digo, el gran derrotado del 15 M holandés. Cabe pensar, que los dirigentes del PSOE, habrán tomado buena nota de lo ocurrido en Holanda en los idus de marzo.
Que, afortunadamente para el futuro de la UE, la extrema derecha xenófoba no haya conseguido vencer, no debería ocultar la que a mi juicio es la otra noticia destacada que arrojan los comicios: la decadencia de la socialdemocracia. Un hecho que, por cierto, va camino de convertirse en tendencia en media Europa.