Uno de los principales obstáculos con el que se encuentra la investigación es siempre la falta de fondos. El dinero escasea y la ciencia en nuestro país ha visto como las tijeras de los recortes la afectaban y mucho. La investigación básica ha sido la que más se ha visto afectada. Un error de bulto del que los científicos no se cansan de avisarnos. Sin embargo pesa mucho el poder ofrecer resultados inmediatos que justifiquen la inversión. Así los fondos y subvenciones se dirigen hacia trabajos más finalistas. Pan para hoy y hambre para mañana. Sin investigación básica nos podremos encontrar que llegará un momento en el que estaremos en un camino sin salida y sin idea de cómo seguir avanzando. Un ejemplo lo tenemos con la lucha contra el cáncer, en concreto de aquellos de peor pronóstico como el melanoma metastásico y algunos tumores de pulmón o de riñón. En los últimos años, la inmunoterapia había dado un vuelco a su tratamiento. La mayoría de los pacientes respondían bien a esta nueva terapia y lo hacían de una forma duradera. Sin embargo, algunos tumores se volvían resistentes al tratamiento después de meses o años, sin que se supiera muy bien cual era la razón. En la batalla contra estos tumores, aunque se había descubierto una poderosa arma, las células cancerígenas habían dado con la tecla para contrarrestarla. La pelota volvía a estar en nuestro tejado. Gracias a la investigación de base realizada por investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles, liderados por Antoni Ribas, ahora tenemos una buena pista para saber porque algunos de los tumores se vuelven resistentes. Han identificado que las células cancerosas logran evadirse desarrollando mutaciones en dos tipos de genes distintos. En un caso se vuelven invisibles para el sistema inmunitario y en el otro se convierten en insensibles. Por el momento los beneficios de este descubrimiento para los pacientes no llegarán de manera inmediata, pero supone abrir una nueva vía de investigación muy prometedora. Si obviamos la investigación de base nos encaminamos a un futuro de estancamiento. Es más tentador dedicar los esfuerzos a investigaciones que nos puedan ofrecer algo en un corto plazo. La velocidad de nuestras vidas actuales a veces no nos permite pararnos un momento para escoger el mejor camino. Pero el esfuerzo merece la pena.