El bronceado made in (des)cubiertas de Riazor


UN mes después de que la ventolera se llevase por los aires las cubiertas de Riazor, todo sigue prácticamente igual; unos parchecitos, pero nada de nada del proyecto de rehabilitación. Sin embargo, hubo espectadores que agradecieron ayer esa situación; solo les faltó el bronceador para volver a casa después del partido con aspecto de surfero del Orzán. Por los huecos de la techumbre se colaban unos rayos de sol que calentaban el cuerpo más que los aplausos tras una genialidad de Çolak y tostaban la piel como si aquello fuese Riazor –la playa, no el estadio– en pleno agosto. Va a salir más barato poner unas tumbonas en las gradas que comprar La Solana.

El bronceado made in (des)cubiertas de Riazor

Te puede interesar