Hace falta ser insensato para subirse a un avión sin saber si uno está contagiado de coronavirus. Esto es lo que hizo un vecino de Lanzarote, que pese a la prohibición expresa de salir de su casa, se tomó un avión en Madrid y se fue hasta su isla. Durante el vuelo se confirmó lo peor, su positivo por Covid-19 y ahora, los doscientos y pico pasajeros del vuelo tienen que estar, como mal menor, confinados durante catorce días en sus casas o en hoteles, a la espera de no contagiarse también con la enfermedad. Es de suponer que le caerá una buena multa a este insensato, pero no estaría de más que se le obligara a pagar la estancia o la inactividad de todos aquellos a los que condenó a una cuarentena de catorce días.