Con Pedro Sánchez nunca se sabe y eso se refleja en las encuestas. Muchos votantes no saben a qué atenerse con el PSOE. Entre otras cuestiones, los vaivenes del “nuevo” PSOE respecto al modelo territorial han restado credibilidad a este partido. Pero al césar lo que es del césar, en los últimos meses Sánchez está acertando al decidir apoyar al Gobierno ante el intento de los independentistas de dar un “golpe” contra la Constitución.
Del Sánchez que ganó su primer congreso convirtiéndose en secretario general, al Sánchez que pisaba fuerte con más ambición que ideas, al Sánchez que dimitió cuando la mitad de su partido se le plantó para intentar frenar sus coqueteos con los partidos independentistas y su tozudez de impedir la formación de un gobierno en vez de repetir elecciones, al Sánchez sufriente y airado durante su travesía del desierto, al de hoy que es capaz de sentarse a consensuar una política de Estado para frenar el mayor desafío al que se ha enfrentado nuestra democracia..
El “primer” Sánchez hubiera navegado entre dos aguas en relación con el “procés”, habría intentado sacar rédito de los problemas del Gobierno, y nos hubiese sorprendido con alguna propuesta insólita. El Sánchez de hoy parece haber entendido que la mayoría de los ciudadanos defienden y respetan la Constitución y no avalan ninguna veleidad independentista.
Y este Sánchez que ha “crecido” políticamente está haciendo lo que debe de hacer, que no es otra que apoyar al Gobierno para que en Cataluña se respeten las leyes. Los cronistas políticos aseguran que ahora la relación de Sánchez y Rajoy es fluida, que hablan por teléfono y se ven para tratar “asuntos de Estado” y la crisis desatada por los independentistas catalanes es la peor crisis a la que nuestro país se ha enfrentado. He escrito en otras ocasiones que al jefe de Gobierno y al de la oposición les entra en el sueldo “hablar”. Y esa opinión la extiendo al resto de los líderes.
No se trata de que se “caigan” bien, tengan afinidades o se vayan a almorzar juntos, se trata de que los responsables políticos sean eso, responsables y, por tanto, antepongan los intereses generalesa las tácticas partidistas. Lo dicho, Sánchez en lo que respecta a la crisis catalana está haciendo lo que debe de hacer que es apoyar al Gobierno, naturalmente mientras no cometa ningún error insuperable.