A Íñigo “El niño de San Ildefonso” Errejón nunca le gustó el pacto de los botellines. No se sabe si es abstemio o le tocó pagar la ronda, pero cuando Pablo “Viva la Gente” Iglesias y el tal Garzón, no Baltasar, sino Alberto aún no se habían acabado las cervezas, ya dijo que aquello no le molaba. Ahora insiste: “Dos más dos no han sumado cuatro; han sumado menos”. Tiene toda la razón, se ve que las becas black ayudan a desarrollar la capacidad matemática. Pero como el comandante mandó parar, salió Pablo Echenique y avisó de lo que les esperaba a los críticos. Lo hizo muy en la línea de los comunistas pata negra, un barniz de poeta para camuflar un alma de acero: “Soy muy del amor y eso, pero para que crezca el amor no solo hay que regarlo, sino también extirpar las malas hierbas”. Es lo que hay. El cuento de la socialdemocracia no cuela.