Torra y las clases de percusión

El tambor del Bruch –ahora se  diría Bruc– fue un chaval catalán que se hizo famoso allá por la Guerra de la Independencia al poner en fuga al ejército napoleónico gracias a su destreza como percusionista. El sonido de su redoble reverberaba en los montes, los franceses pensaron que se les venía encima un contingente descomunal y huyeron despavoridos. Pues es lo que le queda a Quim Torra para “atacar al injusto Estado español”; metamorfosearse en don Nicanor tocando el tambor y aterrorizar a Pedro “La sonrisa” Sánchez. Ya ha asomado la cabeza por encima de la trinchera y ha amenazado con la independencia si no se absuelve a los políticos presos. O sea, Cataluña volverá a ser una república durante unos segundos y se acabó. ¡Ah!, y unos cuantos parvos empezarán a rular por Europa adelante. Por cierto, el presidente en funciones ni se ha inmutado –dicen que solo se inmuta cuando el Falcon pilla una tormenta–. Nervios de acero. 

Torra y las clases de percusión

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