La semana pasada se vivió en el Congreso una mayoría sorprendente a cuenta de la aprobación del cupo vasco. Populares, socialistas, podemitas, distintos miembros del grupo mixto e independentistas se pusieron de acuerdo a la hora de aprobar los cálculos que el Ministerio de Hacienda presentó acerca del dinero que el País Vasco debe pagar por los servicios comunes que el Estado presta en esa comunidad autónoma. La discordia surgió de Ciudadanos, que considera que este sistema es un privilegio y que los cálculos se hicieron a la baja. Para sostener su posición los de Rivera aluden a estudios realizados por el más afamado conocedor del asunto, De la Fuente, quien, por cierto, fue asesor para este asunto del propio Montoro. Según este experto, el cálculo más certero sería de más del doble de los 1.300 millones que el jueves aprobó el Congreso.
Hay que tener presente que el cálculo del cupo, a pesar de responder a una fórmula clara y objetiva, acaba siendo una decisión política. Y siempre lo ha sido, porque han sido muchas veces las que gobiernos socialistas y populares han necesitado el apoyo parlamentario de los nacionalistas vascos para llevar a cabo la acción del gobierno. Ahora sin ir más lejos, el gobierno de Rajoy necesita los cinco votos del PNV para sacar adelante los Presupuestos para 2018 y a nadie se le oculta que tras la aprobación del cupo y la celebración de elecciones el 21-D en Cataluña, el camino se ha facilitado.
Vamos a ver cómo Ciudadanos, que votó en contra y llevó hasta el Congreso la única y durísima crítica contra el Gobierno, canaliza el cabreo de muchos ciudadanos contra lo que se considera un privilegio, un motivo de desigualdad entre españoles. Es cierto que, al menos de momento, no ha ligado lo que ha llamado “cuponazo” al apoyo presupuestario, pero veremos si más adelante su total desacuerdo en esto con el gobierno tiene algo más detrás. Cierto que Rivera se ha quedado solo y ahora estamos en modo 21-D. Sin embargo, ha conseguido que una parte importante de la población se plantee la justicia del cupo vasco incluso del Concierto que reconoce la Constitución. Veremos cómo maneja esta indignación.