El modelo autonómico

El vuelco que ha dado España en lo que se refiere a su articulación territorial es verdaderamente relevante. Quienes recuerden los tiempos del franquismo, en los que una uniformidad y homogeneidad cultural monolítica, pétrea, pretendidamente española, que no era otra cosa que el invento de un régimen político, serán quienes mejor puedan testimoniar el alcance, la profundidad de esta transformación operada en prácticamente cuarenta años.
 Esta experiencia, que arranca del mismo acto constituyente, ya que afecta a la misma identidad y concepción de lo que es España, es un acierto que, salvo excepciones como las que vivimos ahora por el crecimiento del diferencialismo y, también, por no saber explicar convincentemente la naturaleza plural de España, viene avalado por la multitud de beneficios derivados de tal planteamiento.
 El Estado autonómico, en efecto, ha facilitado y propiciado un más alto grado de participación política, habida cuenta del mayor acercamiento y proximidad de la cosa pública al ciudadano. Y también ha traído consigo mayores cotas de libertad también porque ha supuesto un refrendo político para la realidad plural española. 
Esta perspectiva es la que interesa del proceso autonómico en cuanto plataforma para despertar las capacidades creativas de todos los españoles. Unas potencialidades, sin embargo, que en buena medida han sido ocultadas, cuando no secuestradas, por la deriva tecnoestructural, por la ensoñación complaciente, o por la obsesión diferencialista. Y, a pesar de los pesares, ahí están, dispuestas a asumir, desde el equilibrio y la moderación, grandes proyectos que hoy sólo se pueden gestar desde una nueva civilización que sólo se podrá construir sobre los supuestos económicos, informativos, relacionales, de la globalización, y sobre los culturales de la autoidentificación.
Ahora que comienza un nuevo año y que estamos en condiciones de vislumbrar el futuro, ojala nuestra país camine por la senda de la centralidad de la dignidad humana y sea consciente de que la diversidad integradora es una de las grandes caracteristicas de nuestra identidad.
 

El modelo autonómico

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