Suerte, Santiago

Querido Santiago, podría contarte muchas historias personales vividas en los establecimientos de tu familia. Sobre todo me acuerdo de un coche deportivo dorado que vi en el escaparte de la juguetería una mañana al salir al recreo en el Tirso. ¡Menudo bólido! Y qué suerte, porque ese año me lo trajeron los Reyes Magos. Fue el mejor coche que tuve en mi vida, desde luego el que más feliz me hizo. De adulto, las visitas a Couto eran para cosas más prácticas, como la afeitadora con la que cada día me rasuro por las mañanas. Cuánto siento que cerréis, como otros cientos de comercios en el centro de Ferrol, que se llevan vida, trabajo y recuerdos. Querido Santiago, a lo mejor nos vemos pronto en la inauguración de Parque Ferrol, ese centro comercial al que seguro acudirán las autoridades locales para hacerse la foto de rigor. Ese día no pensarán en ti, ni en tantos otros pequeños comercios que cerraron o que cerrarán en el futuro, ni en las pequeñas historias vividas en ellos. Suerte Santiago.

 

Suerte, Santiago

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