320 faltas sin justificar de asistencia a clase son muchísimas. Demasiadas desde el punto de vista de los jueces, que ha decidido sancionar a un matrimonio pontevedrés con 1.080 euros de multa porque su hijo, de 12 años, apenas pisaba el colegio. Lo curioso es que cuando el centro educativo constató que el pequeño acumulaba ya 160 faltas se lo comunicó a la Inspección y esta a la fiscalía, y ambos progenitores comparecieron ante el responsable del Ministerio público que les informó de la gravedad de su comportamiento. No se sabe el motivo por el que el pequeño no acudía al colegio, pero no cabe duda de que ahora, sus padres, se lo pensarán un poco más antes de consentir su actitud.