COMO peonzas perdidas deben encontrarse buena parte de los vecinos de Ferrol ante el tan traído y llevado saneamiento. Entre la tasa municipal a debate –¿interminable?–, las propuestas, disposición, o no, de los diferentes grupos municipales y el lío que para el ciudadano se ha montado con Emafesa, la empresa mixta de aguas, los problemas del marisqueo y saber quién debe, o no, sufragar los “arreglos” de la estación depuradora, el único razonamiento posible resulta una incógnita tan insondable como el propio pifoste que se ha montado en Ferrol. Tal vez, el alcalde activista, Jorge Suárez, pueda, por fin, ver la salida –por aquello de que a la tercera va la vencida– en el próximo pleno extraordinario para resolver la incógnita. En fin...