No hubo desfiles por las calles de la ciudad; tampoco meriendas colectivas para compartir los típicos dulces de estas fechas; ni los festivales ni fiestas con los que cada año los centros educativos celebran el Entroido escolar. Pero lo que no faltó ayer en las aulas fue el colorido, la originalidad y la diversión con la que, a pesar de la actual pandemia, alumnado y docentes disfrutaron de una de las fiestas que más interés suscitan cada año sobre todo entre los escolares.
Con disfraces temáticos, en algunos casos, y con las vestimentas que cada cual eligió para ir ayer al colegio, en otros, transcurrió una jornada marcada, como viene sucediendo a lo largo del curso, por los protocolos y medidas de seguridad que, sin embargo, no impidieron que el de ayer, fuese un día más “normal” y más especial para los alumnos y alumnas de la ciudad.