juan quijano
FERROL
Le han hecho falta 23 jornadas al Racing para colarse en las cuatro primeras posiciones de la clasificación del grupo I de Segunda B, pero ahora, ya en ellas, espera mantenerse hasta el final de la liga regular para jugar la fase de ascenso a la categoría de plata. La victoria sobre el Tropezón, a pesar de que no fue brillante, confirma que el equipo ferrolano tiene un auténtico filón en su estadio, que ha visto ganar a los suyos en los diez últimos partidos hasta que el último ha significado meterse en las posiciones deseadas. Ahora, lo que el cuadro verde tendrá que hacer es mejorar su rendimiento como visitante para que mantener esa clasificación no corra ningún peligro.
El gélido ambiente que se respiraba en A Malata no arredró al Racing para tomar el control del partido. A través del toque al que invitaba acumular en mediocampo a “peloteros” como Pablo Rey, Dani Rodríguez, Nano o el debutante Maikel Mesa , el equipo ferrolano no tuvo problemas para tener la posesión. De todas maneras, al cuadro verde le costaba conectar con sus dos delanteros, lo que hizo que apenas fuese capaz de generar ocasiones de gol. sino era a través de lanzamientos lejanos que, sin embargo, no tuvieron el resultado deseado.
Al menos, el cuadro verde logró que su rival no le crease problemas de ningún tipo –no realizó ningún disparo entre los tres palos en los primeros 45 minutos–. Sin embargo, no fue capaz de adelantarse en el marcador a pesar de que dispuso de opciones para hacerlo, sobre todo a través de un Dalmau que ayer disfrutó de la ocasión de jugar de inicio, pero que no estuvo acertado en los remates de que dispuso. Así, un cabezazo que se marchó desviado tras el centro medido desde la banda izquierda de Nano y un remate en el interior del área que se estrelló en el poste fueron sus llamadas al gol, pero como no pudo anotar la cita llegó al descanso con el empate inicial.
DELANTERA
Ni un minuto de la segunda parte tardó el Racing en disipar las dudas. Una combinación entre los dos delanteros acabó con el remate de Joselu, que cruzó al fondo de las mallas dentro del área para adelantar en el marcador al equipo ferrolano. El tanto, de todas maneras, no terminó de tranquilizar al cuadro verde, que durante algunos minutos mostró unos nervios en defensa que, sin embargo, el cuadro cántabro no fue capaz de aprovechar, sobre todo porque no consiguió generar más ocasiones que un disparo de Luis González desde la frontal del área que Mackay desvió y alguna situación que no resolvió.
Afortunadamente para la escuadra local, el paso de los minutos hizo que la situación se fuese tranquilizando. Ambos equipos, de todas maneras, protagonizaron alguna llegada sobre la portería rival –las del Racing fueron las más claras–, pero el marcador no se movió. Por eso, la incetidumbre que provocaba la escasa diferencia en el marcador hizo que el público no pudiese respirar con absoluta tranquilidad.
Un disparo de Vela –que entró en la segunda parte para tratar de aprovechar los espacios dejados por el Tropezón– , otro de Pablo Rey y algún que otro acercamiento sobre la portería visitante fueron el bagaje racinguista de los últimos minutos ante un rival que ya estaba en inferioridad numérica por la lesión de Fer. De eso se acabó aprovechando el Racing para anotar el tanto de la tranquilidad a través de un lanzamiento de golpe franco que Pablo Rey convirtió son su habitual maestría. Y, con el encuentro ya resuelto, Marcos Álvarez consiguió el tercero con el tiempo de prolongación a punto de acabar. Fue el punto final a un encuentro que permite al cuadro verde colarse, por primera vez en lo que va de temporada, en los puestos que clasifican para la fase de ascenso a Segunda gracias al empate del Logroñés y la derrota del Guijuelo, que aúpan a la escuadra verde a la tercera plaza.