El arousano Dani Ábalo fue de más a menos –en lo que a presencia sobre el terreno de juego se refiere– en una atípica campaña para una formación racinguista de la que, como es lógico en estas circunstancias todavía no ha tenido noticias sobre su posible continuidad en la plantilla ferrolana. “Por ahora es todo muy impredecible y es muy difícil saber qué puede pasar en un futuro”, comenta el de extremo pontevedrés respecto a su futuro en A Malata. 

Lo que sí tiene claro este futbolista que ha vivido gran parte de su carrera hasta la fecha por toda Europa, es que a él le “encantaría” poder cumplir la campaña que le resta de contrato con la camiseta racinguista, especialmente porque “tengo ganas de intentar demostrar de lo que soy capaz”. Y es que Ábalo reconoce que la suya ha sido una temporada de la que “no estoy muy contento a nivel individual con mi rendimiento. Y colectivamente muy pocos estuvimos a nuestro mejor nivel, lo que hizo que el equipo estuviera con altibajos todo el año”, analiza, si bien añade que “al final el equipo consiguió competir bien”. 

Respecto a la decisión de dar por finalizada la campaña, sin descensos pero con ascensos –en formato de play-off exprés–, el jugador de Vilagarcía de Arousa señaló que para él lo más justo sería cancelar. “Pero se que eso traería mucha cola, sería difícil tener a todos contentos, pero si me tuviera que mojar diría que si hay ascensos debería de haber también descensos”. Asimismo, añade que “si no se pudiera jugar y hubiese descensos, creo que podría ser lo más ‘justo’ que subieran los primeros”. 

Con gran parte de su carrera vivida fuera de las competiciones españolas, Ábalo es conocedor de primera mano de usos y costumbres en otros países, y apunta sobre la decisión de varios de estos de no parar la competición que “lo que aprendí de jugar por ahí es que hay países que son muy especiales, sobre todo en el este, y ellos sabrán lo que hacen”. 

Un éxodo que el de Vilagarcía espera no repetir en próximos ejercicios, tras casi tres años de su regreso con “la idea es no volver a salir e ir acercándome a casa para intentar acabar mi carrera jugando allí. Ya me tocaba después de tanta vuelta”.