El jefe del Gobierno, Mariano Rajoy, aspira a tener “más futuro que pasado” y se ofreció ante las próximas elecciones generales como garantía de estabilidad y crecimiento económico y como barrera a una independencia de Cataluña que aseveró que no se conseguirá “de ninguna de las maneras”.
Rajoy realizó ayer el último balance de final de curso político de la presente legislatura en una comparecencia en el palacio de la Moncloa tras la reunión del Consejo de Ministros, en la que se aprobó el proyecto de ley de presupuestos generales del Estado para 2016.
Unas cuentas públicas cuyas líneas generales presentó y que cree que evidencian que “la recuperación está ahí” y que el rumbo económico que siguió en los últimos cuatro años es el que asegura la estabilidad en el futuro.
El presidente advirtió que a pocos meses de las elecciones generales que el futuro halagüeño que describe no está garantizado y solo será posible con políticas como las de esta legislatura y si no se abren paso algunos riesgos que cree que no provienen de la economía, sino de la incertidumbre política.
Y el primero que ha citado fue el del independentismo catalán, con una cita electoral el 27 de septiembre que aseguró que no será plebiscitaria de la misma forma que no hubo el referéndum al que aspiraba el presidente de la Generalitat, Artur Mas.
Frente a este desafío, insistió en que el Gobierno hará cumplir la ley, actuará activamente para ello, dará la batalla en favor de millones de catalanes y garantiza que no habrá independencia “de ninguna de las maneras”.
Rajoy respondió a las palabras de Mas en las que este pidió el jueves el voto para su lista unitaria asegurando que es la que “asusta” al Gobierno, subrayando que al Ejecutivo “no le asusta en absoluto” y precisando que el presidente de al Generalitat puede acudir a las elecciones en compañía de quien quiera y en una lista encabezada por una persona procedente del Partido Comunista (en alusión a Raúl Romeva).
Pero insistió en que también tiene la obligación de cumplir la ley.
Ante la posibilidad de una futura reforma de la Constitución, reiteró que no lo considera una prioridad.
Al riesgo independentista Rajoy sumó el de propuestas como las del PSOE de revertir las reformas puestas en marcha en la presente legislatura porque eso cree que haría que España perdiera crédito internacional tras haber costado mucho recuperarlo.
También reprochó a los socialistas sus pactos con independentistas y radicales de izquierda tras las elecciones municipales, que consideró muy perjudicial para España si se intentaran repetir tras los comicios generales.
Él pretende conseguir la confianza mayoritaria de los españoles y no quisó “adelantar acontecimientos” ante la posibilidad de una gran coalición tras los comicios o expresar sus preferencias sobre posibles pactos con otras fuerzas políticas.
“Yo trabajo para tener más futuro que pasado y creo que lo puedo conseguir”, recalcó el presidente del Gobierno, quien ha emplazado al veredicto de los ciudadanos la posibilidad de que le pasen factura algunas medidas económicas de la legislatura o los casos de corrupción que han afectado a personas del PP.