El cineasta Roman Polanski comparecerá mañana ante los tribunales polacos en el marco del proceso de extradición solicitado por Estados Unidos, que reclama al director por un delito de abuso sexual sobre una menor cometido en California en 1977.
La solicitud de extradición fue presentada el pasado mes de enero y, tras ser admitida a trámite por la fiscalía de Cracovia (sur de Polonia), se remitió al juzgado competente de esa misma localidad.
En los últimos meses Polanski pasa temporadas en Cracovia, donde prepara el rodaje de una nueva película y donde ha alquilado el mismo apartamento en el que vivió durante su niñez.
La defensa del realizador ha pedido que el cineasta comparezca mañana a puerta cerrada, sin la presencia de medios de comunicación, para asegurar la privacidad del director ante el interés mediático que despierta su caso.
Se desconoce si el tribunal se pronunciará mañana sobre el resultado del proceso de extradición o si requerirá más tiempo para tomar una decisión.
El propio Polanski declaró semanas atrás que confía en la Justicia de Polonia y que cree que no será extraditado.
En todo caso, según la ley polaca, si los magistrados fallan a favor de la solicitud de extradición, el ministro de Justicia deberá decidir en última instancia si da o no luz verde al proceso.
Si el tribunal deniega la extradición del cineasta, la decisión será firme y definitiva.
Polanksi, de 81 años y ganador de un Óscar como mejor director por el filme "The pianist" ("El pianista", 2002), está acusado de haber mantenido relaciones sexuales con una joven de 13 años, Samantha Geimer, delito del que se declaró culpable en 1977 y por el que pasó 42 días en la cárcel, tras lo cual fue liberado bajo fianza.
En 1978 huyó de Estados Unidos antes de la audiencia para fijar la pena, por temor a que el juez le impusiese una condena severa.
El pasado 24 de diciembre un tribunal de Los Ángeles rechazó la petición de su defensa para cerrar definitivamente el caso, que le impide pisar suelo estadounidense.