El español herido en el accidente de avión ocurrido en el aeropuerto de Durango, en el norte de México, es un minero asturiano de 43 años, José Manuel Pulgar, que viajaba en el vuelo siniestrado para regresar después a España tras un período de vacaciones.
Pulgar debía incorporarse en pocos días a su trabajo en el pozo Nicolasa, de Hunosa, en Mieres, y viajaba solo, ya que tanto su mujer, de nacionalidad mexicana, como sus dos hijos, de ocho y cinco años, iban a prolongar su estancia en el país azteca.
Su hermano, Adriano Pulgar, señaló a la televisión autonómica asturiana que disponían de muy poca información sobre su estado, pero que les habían señalado que se encuentra bien, aunque “un poco magullado”, y que permanecía ingresado en un hospital militar a la espera de que le realizasen nuevas pruebas médicas. El gobernador del Estado de Durango, José Rosas Aispuro, informó de que los 18 heridos del accidente del avión de Aeroméxico que permanecían ayer hospitalizados evolucionaban favorablemente.
El vuelo 4231 de Aeroméxico con dirección a Ciudad de México se desplomó el martes cuando despegaba en unas condiciones meteorológicas adversas del aeropuerto de Durango.
A bordo viajaban un total de 103 personas, entre las que no se cuentan víctimas mortales, aunque inicialmente 98 recibieron atención médica.
Las rachas de fuertes vientos se perfilan como la causa del accidente, en el que milagrosamente sobrevivieron los 103 ocupantes del avión, que quedó completamente destrozado.
Las imágenes de los restos humeantes y destrozados de la aeronave siniestrada, de la que falta toda la parte superior, hacen pensar en un desenlace trágico, pero todos los pasajeros y tripulantes lograron salir del avión antes de que se incendiara.
Aispuro afirmó que gracias a la oportuna intervención de los equipos de emergencia federales, estatales y municipales y de la aplicación correcta de los protocolos de auxilio se logró evitar una tragedia de grandes proporciones. Añadió que la aeronave fue impactada cuando despegaba por una fuerte ráfaga de viento que la hizo descender bruscamente y tocar tierra con el ala izquierda, lo que causó el desprendimiento del motor del mismo lado.
El aparato se desplomó, salió fuera de la pista desplazándose sobre el terreno y quedando aproximadamente a 300 metros de la misma, añadió.
La posición horizontal en la que quedó el avión permitió la rápida evacuación por los toboganes y otros accesos, lo que facilitó rescatar a todos los que iban a bordo. Aeroméxico aseguró, por su parte, que el buen desempeño de la tripulación en el procedimiento de evacuación fue un factor clave que explica que no se produjesen víctimas mortales.