El comercio pone todo a punto y la hostelería apenas subirá la persiana

El comercio pone todo a punto y la hostelería apenas subirá la persiana
coronavirus comercio lencería Paula

Los comercios ferrolanos hicieron sus pinitos de apertura esta semana con las citas previas pero mañana se abren nuevas expectativas para las que se han preparado a conciencia, de modo que el cliente pueda estar seguro y también los vendedores.

El tránsito no está siendo nada fácil y los comerciantes no solo han tenido que invertir en mamparas, material de protección, guantes, mascarillas y geles para los clientes, sino que han tenido que modificar sus propios locales, respetando los requisitos que la normativa les impone, para poder mantener distancias, probadores, desinfección de ropa... pero la mayoría esperan ansiosos este inicio de semana.

En el sector hostelero no se vive el mismo ambiente y se cuenta con que sean muy pocas las terrazas que abran. La apertura implica poner en marcha toda la infraestructura interior –cafetera, lavaplatos, luz, agua– para atender únicamente a la mitad de las mesas con las que contaban, que en la mayoría de los establecimientos son muy pocas.

Por eso, esperarán mayoritariamente al día 25 cuando puedan ocupar las mesas interiores o incluso a junio, cuando, por fin, se pueda hacer uso del tradicional servicio de barra.

Paula Ramos, vicepresidenta de la asociación de comerciantes y propietaria de la lencería que lleva su nombre, explica que esta semana se han dedicado a desinfectar y a colocar todo lo preciso para la prevención en el local. Habrá pegatinas en el suelo para señalizar la distancia obligatoria entre personas, mamparas en cada uno de los mostradores, geles, guantes y mascarillas a disposición del cliente, inhabilitación de algunos probadores para que se mantenga la distancia entre estos, etc.

Precisamente los establecimientos de ropa tienen el handicap de la necesidad de probar las prendas. “Esto tienen que cambiar con respecto a antes –indica Paula Ramos– porque habrá que evitar probar cinco o seis prendas y dosificar. Ahí tendremos que tener un papel de asesoramiento para aconsejar lo que mejor le puede ir a la clienta”.

Solo los vendedores tocarán la mercancía hasta el momento de probarla y cada vez que un comprador sale del probador se aplicará un producto desinfectante (Sanitol ambientador tapicerías y ropa es el homologado). La ropa tendrá que estar en almacén para su desinfección antes de poder pasar a otro cliente y, además, en establecimientos como “Paula” disponen de una caja de rayos ultravioleta para introducir las prendas y desinfectarlas.

Aunque los locales estarán abiertos al público, se mantienen las citas previas para evitar aglomeraciones –los establecimientos solo podrán al estar al 30% de su capacidad habitual– y los socios del centro comercial abierto acordaron un horario aproximado de 10.30 horas a 13.30 y de 17.00 a 20.00 horas, para ajustarlo en lo posible a los momentos en que se producen salidas y paseos. Los mayores dispondrán de prioridad en los establecimientos en su franja horaria de salida.

Poner en marcha esta nueva situación supone una inversión para los comercios (el precio de las mamparas es elevado y hay que sumar desinfectantes y material de protección en cantidad) e incluso algunos deberán esperar a nuevas provisiones, ya que desde el Centro Comercial Abierto se contaba con 25 mamparas para más de 100 asociados, que empezarán con protección individual, al no contar con esas piezas.

En la hostelería la situación pinta peor. Así lo considera la gerente de la asociación de hostelería de Ferrol y comarca, Luisa Barro, que asegura que, a falta de saber el número concreto, poca gente abrirá sus terrazas el lunes. En primer lugar, indica, el tiempo no va a favorecer su instalación, y con el 50% de las mesas y sillas no compensa en absoluto. Por eso, esperaran al día 25 –se pueden utilizar las mesas del interior en la misma proporción– y analizarán, además, cómo le ha ido al comercio y si hay gente en las calles. Muchos, de hecho, no cuentan con abrir hasta el 8 de junio, cuando finalmente se pueda disponer de todo el local, incluido el servicio de barra.

Las distancias entre mesas y que no excedan los grupos de diez personas son las directrices generales, junto a recomendaciones para evitar que las cartas pasen de cliente a cliente o a la utilización de productos monodosis.

El Concello ha permitido la ocupación de mayor espacio público, para facilitar que tengan cabida las mesas y sillas correspondientes a ese 50% con la debida separación y agilizará los permisos solicitados para terrazas, como los de la calle Pardo Bajo, que están pendientes de resolución. l

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