El mal estado de la ría de O Burgo es la principal razón, según la comunidad de mariscadores, por la que apenas se encuentran con bicho vivo. En concreto, advierten de la escasez evidente tanto de berberecho como de almeja en una campaña, donde aseguran es muy difícil que lleguen a recoger más de un kilo. Los afectados creen que esta situación se debe a la suciedad y el abandono de O Burgo.
El primer día de la temporada abre una interrogante entre los que se doblan la espalda para ganarse el pan ya que la poca cantidad de marisco no les compensa a los gastos que acarrea la actividad. Recuerdan que los bivalvos están casi todo muertos y que en estas condiciones es imposible desarrollar una labor que implica el pago de un seguro de 200 euros al mes. Es por eso que exigen el dragado de la ría. Opinan que es la única solución para que el banco de marisco vuelva a respirar bajo la arena.
En este sentido, O Burgo se cerró al marisqueo el pasado mes de marzo tras detectar la presencia de hidrocarburos en niveles más elevados de los permitidos. Los profesionales volvieron a faenar en abril en la zona, aunque el origen de los vertidos no se llegó a confirmar. Con todo y eso, las pérdidas fueron millonarias ya que la suspensión echó por tierra la campaña de Semana Santa, que supone una parte importante de los ingresos del colectivo.
La Xunta anunció en su momento, tras la recomendación del Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño (Intecmar), que se habían realizado “rigorosas analíticas” para abrir la ría al marisqueo el pasado 6 de abril.
Desde el departamento que dirige Rosa Quintana señalaron que “a confraría da Coruña foi informada de primeira man sobre o resultado” de todos los exámenes que se le practicaron a las muestras de agua. Sin embargo, al sector no le constó noticia alguna sobre el episodio de contaminación. Manuel Baldomir, uno de los directivos de la agrupación de a pie, reconoció entonces que “non se comunicou que se resolvese a procedencia dos verquidos” y afirmó que el regreso a la ría “non implica que non se siga esixindo que continúen as pesquisas”.
De hecho, los mariscadores sospecharon que las autoridades sí llegaron a conocer el nombre del culpable o culpables del veto, pero no quisieron hacerlo público: “Pensamos que non lles interesa moito que o saibamos ou que o persoal que o está investigando non é suficiente”, recalcó. Baldomir declaró tras la reapertura en que la esperanza estaba en no volver a “sufrir peches”, después de los dos paros temporales por culpa de los hidrocarburos.
Por otra parte, otro de los factores con los que tienen que luchar, el furtivismo, se vio mermada esta año gracias a la puesta en marcha de un plan coordinado por la Policía Autonómica y la Guardia Civil para presionar a los que faenan de forma ilegal y que se saldó con una reducción del 80% de esta práctica.
código penal
Esto sumado a los cambios en el código penal hace pensar a los Gardacostas en acabar con la impunidad de los que aún se dedican a recoger marisco sin licencia ya que los que no paguen las multas, irán a la cárcel.
Para el subdirector xeral de Gardacostas, Lino Sexto, no caben medias tintas contra estos infractores porque “no solo faenan sin licencia, sino que no controlan tallas ni cierres por toxinas, ni topes, ni ninguna regla. El responsable apuntó, eso sí, que aún existe un pequeño grupo.