La ciudad naval se despertó ayer con un gran embotellamiento vial derivado de las protestas de los trabajadores de la Unión Temporal de Empresas (UTE) conformada por Tecman y Rayma, industrias auxiliares dedicadas al mantenimiento de los astilleros. Los empleados de las compañías, en huelga desde el pasado septiembre a raíz de una serie de despidos de una parte de la plantilla subrogada del anterior contrato.
La protesta pacífica tuvo lugar entre las 05.45 y las 06.50 horas, durante la entrada del turno de mañana –la más concurrida de la jornada–, cuando los trabajadores cerraron los pasos de peatones de las inmediaciones de las entradas de los astilleros, colapsando todos los accesos y provocando importantes embotellamientos a lo largo de los viales principales del barrio de Esteiro.
Tal y como señaló el sindicato CIG, convocante de la protesta, en un comunicado de prensa, la movilización de ayer se realizó con el objetivo de “implicar a Navantia no conflito” para lograr “a readmisión dos traballadores despedidos e que se respeten os dereitos adquiridos, nomeadamente a subrogación recoñecida no convenio colectivo do metal”.
La central considera que el grupo naval público, como titular del contrato de mantenimiento con la UTE, es la responsable de “velar polo cumprimento dos dereitos dos seus traballadores”, apuntando además que esta huelga “ten repercusións directas sobre a actividade productiva do estaleiro”.
Implicación de Navantia
Para la central, la implicación del grupo resulta fundamental, dado que desde la gerencia de la UTE, asegura la CIG, se manifestó en reiteradas ocasiones que “no momento en que Navantia pida resolver o conflito readmitirán o persoal, e acto seguido comunicarán a súa vontade de non continuar co contrato”.
Por otra parte, el sindicato CGT, además de mostrar su solidaridad con los trabajadores en huelga, cargó contra el comité de empresa por medio de un comunicado de prensa.
La central acusó al organismo de representación de no impulsar acciones concretas de de solidaridad por parte de la plantilla principal. Además, afirma que tampoco quiso convocar una asamblea general “para informar ó conxunto dos traballadores e contrarrestar así a campaña de mentiras e distorsións contra os folguistas lanzadas polas empresas e os seus acólitos.