El secretario xeral del PSdeG, Gonzalo Caballero, aseguró ayer que el PP “va a retroceder en las siete ciudades” en las elecciones municipales del 26 de este mes y señaló que su partido va a trabajar “con toda la fuerza” para conseguir que las ciudades gallegas “estén gobernadas por alcaldes socialistas, por alcaldes progresistas”.

Así lo señaló Caballero en Santiago durante la visita de precampaña de la ministra de Economía, la coruñesa Nadia Calviño, donde también estuvieron presentes los candidatos a las alcaldías de los ayuntamientos de la comarca compostelana.

En este sentido, Caballero valoró y mostró sus respetos “al trabajo que hacen otras fuerzas progresistas”, pero destacó su convicción de que “lo mejor para Galicia es que el bloque progresista esté liderado por el PSdeG”.

Orgullo
Según el secretario xeral de los socialistas gallegos, las elecciones del 28-A “marcaron un nuevo tiempo político en España y en Galicia”, por lo que se mostró orgulloso del “avance” del PSdeG, “que es la primera fuerza política por primera vez en la historia en unas elecciones generales”.
Añadió que el PSOE “ya está trabajando en clave municipal” y para gobernar “en todos los ayuntamientos en los que ya gobierna, donde no lo hace y desde luego en Santiago, la capital de Galicia”, por lo que mostró su apoyo a Xosé Sánchez Bugallo, el actual candidato a la Alcaldía compostelana, que ya fue regidor de la ciudad.

 Además, el líder socialista ironizó con la visita a Galicia de este sábado del presidente del PP, Pablo Casado, para “celebrar” junto con el presidente de la Xunta y de los populares gallegos, Alberto Núñez Feijóo, “su éxito electoral”.

“Siguen con la estrategia del avestruz, de esconder la cabeza para no asumir su error e intentar decir que quieren girar al centro”, recalcó Caballero, quien añadió que “ahora dicen que no quieren estar en la extrema derecha porque no les dan los números”.

Así, Caballero recordó que el PP “sigue gobernando en Andalucía con los votos de Vox sin ninguna rectificación”, por lo que reprobó el “cinismo” que, a su juicio, demuestra el partido.
“El PP va a usar los votos de Vox cuando le sirvan, y renunciará a ellos si no le dan las cuentas”, insistió, para añadir que “no se pueden olvidar los riesgos” que tienen sus pactos.