Las comparsas salvan un Carnaval que se quedó sin desfile por la lluvia

Las comparsas salvan un Carnaval que se quedó sin desfile por la lluvia
carnaval ferrol

Las comparsas que participaron en el Carnaval de Ferrol, llegadas también de distintos puntos de la comarca, no competían este año por un premio especial, ya que todas ellas recibieron una cantidad fija por inscribirse (750 euros brutos). Sí hubo concurso de disfraces individuales o en grupos, aunque con poca participación. En la primera categoría ganó “O afiador”. En grupos, quedaron en primer lugar quienes se disfrazaron como el concurso “1, 2, 3” y en segunda posición se seleccionó a los que se encarnaron de tren a Caneliñas y puerto exterior. La falta de competición entre las comparsas no impidió que las agrupaciones desplegaran toda su creatividad en los disfraces y en las letras, siempre incisivas con la realidad del país y de la comarca, sin perder por ello la alegría de una de las celebraciones más descaradas del año.
Eliminado el desfile por culpa de la lluvia, la fiesta comenzó a las ocho en Amboage, con Manolo Platas como maestro de ceremonias. Primero se solventó el concurso de disfraces, valorado por un jurado que integraban Francisco Fajardo, presidente de Novo Ferrol; Julio Martínez, de la asociación de hosteleros; y el empresario Alejandro Permuy. A continuación actuaron las diez comparsas que, sin desfile, no pudieron lucir como se merecían ni los trajes ni las carrozas que las acompañaban o las charangas en el caso de que llevasen intérpretes en directo. La mayoría de ellas, que continuarán esta semana de ruta por distintos municipios, esperan desquitarse el viernes en el Entierro de la Sardina de Ultramar.
Os Parrandolos se vistieron de crisis. Y para hacerlo pusieron en evidencia las carencias en el vestir, el comer y la vivienda de los que padecen con más dureza la situación económica. Una legión de desempleados (la comparsa la integran en torno a medio centenar de personas) durmiendo bajo cartones, acompañados de un órgano y tambores, cantaron sobre la crisis y dejaron en su sitio a los políticos.
A Canteira hizo alusión a la doctrina Parot, con una cárcel abierta y con “salvadores” como el Zorro, el Capitán Trueno o Batman. Sus 42 miembros, algunos con guitarras, se refirieron a este tema en sus letras y también a problemas locales como el cierre de comercios o la falta de barcos en los astilleros.
Os Colludos, como cada año, mencionaron las dificultades en la accesibilidad y los problemas de todo tipo que tienen las personas con discapacidad, incluidos los recortes en las ayudas. Vestidos de panderetas, porque “los de arriba nos tocan la gaita”, desde la Asociación Sociocultural de Minusválidos llaman la atención sobre su día a día y recorren la mayoría de Carnavales de la zona.
Los de A Revolta se “guasaperaron” en una revolución de emoticonos que sirvieron además para hacer una crítica satírica de la situación del país y de la ciudad, con referencias al dique flotante y al flotel, al aborto o a la nueva ley de educación y la influencia del clero en la misma. Gaitas, panderetas, tambores, bombos y, como novedad, un saxo tenor, animaron su actuación.
A Os Argalleiros les va la rumba, y así vestidos, de rumberos, dedicaron una canción al gobierno central y otra al ferrolano, con mención especial a la plaza de España y a Navantia. Su gran apuesta musical, con cuatro saxos, tres trompetas, dos trombones, dos cajas y un bombo, no pudo lucir lo que debiera al faltar el desfile.
Os Xunquiños se fueron de romería al Rocío en su disfraz, aunque no pudieron sacar a relucir el carro ni el caballo hecho de tela. “Cidadáns daquela esquina”, con música de “Caminando por la vida” de Melendi; y “Perepepero”, a ritmo de “El Porompompero” fueron sus apuestas musicales, sin dejar títere con cabeza y tocando desde la reforma sanitaria hasta la corrupción, pasando por la ley de seguridad ciudadana.
Había una vez la comparsa Río Belelle, que se vistió de “payasos de la tele” y tanto su autendo como sus canciones eran toda una referencia a la situación política general. “No especificamos nada, pero la música es la que cantaban los payasos y el circo es el gobierno”.
Os Trastos vestían de bufones de la Edad Media, con un rey al que entretener, un traje muy colorido y vistoso que es ya marca de la casa, un gran acompañamiento musical y una canción satírica sobre la situación general de Ferrol.
Tróupele Tróupele miraron hacia las raíces celtas y en sus temas “Soños” y “Cousas dos nosos concellos” hicieron un buen repaso a la actualidade, con el flotel que no llega, los medicamentos que se repagan, la plaza de España y el gobierno de Rey Varela. También la música fue un reclamo en su actuación.
Los Piratas Penencia vestían de marinos y al son de los Village People cantaban las excelencias de Doniños y A Penencia con su “In the Navy” y el “YMCA”.
La batucada Río Samba Show se encargó también de animar el ambiente en la plaza de Amboage. Venían a amenizar el desfile, para el que había preparadas varias carrozas, una de ellas emulando al Carnaval de Tenerife, y se quedaron para dar calor al escenario.
Los festivales de comparsas continuarán durante la semana en las comarcas y el viernes se citan de nuevo en Ferrol, en el barrio de Ultramar. n

Las comparsas salvan un Carnaval que se quedó sin desfile por la lluvia

Te puede interesar