Gonzalo Caballero fue proclamado ayer como secretario general del PSdeG con motivo del Congreso Nacional de los socialistas gallegos, en el que se mostró dispuesto a hacer del PSdeG un “ejército para el cambio en Galicia”. Caballero se definió, en su primera intervención como un “hombre de partido” que lleva “toda la vida colaborando, participando, sintiendo al socialismo gallego”.
El nuevo líder del PSdeG terció que este partido es una “organización fundamental para el conjunto de Galicia” y que debe postularse como una alternativa clara a los gobiernos del PP. Para ello, precisó, es necesario “un PSdeG más fuerte, más renovado y más revitalizado”, de acuerdo también con el mensaje de “necesidad de cambio” expresado por los miles de militantes socialistas gallegos en el proceso de primarias.
Así pues, Caballero aseguró que es hora de hacer un “ejercicio de generosidad” y “dejar atrás todas las cargas negativas” de etapas anteriores y colaborar para “construir un nuevo ciclo político en el país”. “Nadie es imprescindible, todos somos compañeros al servicio de la organización”, dijo.
El nuevo secretario general de los socialistas gallegos prefirió, no obstante, dejar el discurso político para la jornada de clausura de hoy, en la que también intervendrá el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y simplemente pidió trabajar fuertemente en lo que resta de Congreso.
Tras él, intervinieron representantes socialistas como la primera presidenta del Parlamento de Galicia, Dolores Villarino; o el secretario general de Xuventudes Socialistas, Aitor Bouza; o representantes de organizaciones próximas, como los líderes sindicales en Galicia de UGT y Comisiones Obreras, José Antonio Gómez y Ramón Sarmiento; así como la presidenta de la Federación Gallega de Mujeres Rurales, Rosa Arcos.
Turno de los expresidentes
A continuación, subieron al escenario del Palacio de Congresos compostelano de forma sucesiva los dos expresidentes socialistas de la Xunta, Fernando González Laxe y Emilio Pérez Touriño.
En su discurso, González Laxe incidió en la importancia de “seguir legitimando” las políticas en materia de bienestar social que hicieron del socialista un partido referencial y resumió en cuatro consejos las que, en su opinión, deben ser las guías de actuación en un futuro.
Apostó así por articular un PSdeG “democrático y abierto”, capaz de “consultar a todas las fuerzas posibles” para formar consensos que fortalezcan a Galicia y por tener siempre presente la “obligación de trabajar y alcanzar alternativas y programas” que sirvan de guía a los gallegos, conjugando las “reivindicaciones constantes” con saber “ser un partido de gobierno”.
Como objetivo inmediato, González Laxe fijó “superar la desconfianza” entre las distintas corrientes internas, dado que todas defienden “lo mismo” en lo esencial y pidió tener siempre presente “mirar el horizonte próximo” de citas y retos electorales.
Por su parte, el otro expresidente, Emilio Pérez Touriño, comentó que “se abre un nuevo tiempo” en el que “los pilares tienen que ser la unidad y la cohesión del partido”, ya que, sin ello, “no habrá proyecto de futuro para Galicia ni para el Partido Socialista”. “Es necesario pasar página del pasado” y “superar el laberinto interno”, así como “dejar de mirar hacia dentro para mirar hacia fuera”, explicó. Touriño animó además a armar un “Partido Socialista fuerte” y “capaz de ser la alternativa” de todos aquellos damnificados por las políticas actuales, tanto de la derecha del PP como de los “nacionalismos insolidarios” que, en este caso, hacen mella en Cataluña.
El secretario de Organización del PSOE a nivel federal, José Luis Ábalos, fue el encargado de cerrar la primera sesión matinal con un discurso en el que estuvo muy presente el tema catalán, aunque también hubo referencias a Galicia. Ábalos colocó al PSOE, y, por ende, al PSdeG, como el único partido que reivindica de manera constante su pasado sin dejar de mirar al futuro, porque están, añadió, “orgullosos” de la obra construida en materia de derechos y progreso.