La creación del Arsenal de Ferrol en la segunda mitad del siglo XVIII y la importante actividad económica generada por sus obras, trajo consigo una importante afluencia de comerciantes, técnicos y trabajadores a la ciudad de nueva planta. Según muestran los estudios de diversos historiadores, entre los comerciantes al por mayor destacaron los franceses, superando con creces a los de nacionalidad italiana, portuguesa e inglesa, dejando apellidos como los de Lestache, Lambeye, Beaujardin, Bucau y Lafont afincados en el mismo Ferrol o lugares de la comarca.
Juan Lestache Nugos nació en el año 1742 en la localidad francesa de Vianne, dentro de la región de Aquitania. Según uno de sus biógrafos, el historiador coruñés José Meijide, en el recurso de súplica que el propio Juan Lestache elevó el año 1788 al rey Carlos III, solicitando que se le concediese la nacionalidad española, aparecen varios de sus datos biográficos. Declara que desde los ocho años trabajó en la fábrica de harinas de su padre y que el año 1767, con veinticinco años cumplidos, se embarcó en Burdeos con un cargamento de harinas para Ferrol.
Llegado a Ferrol se avecindó en el barrio de la Magdalena, donde comenzó ejerciendo su actividad mercantil de importador de harinas y otros artículos necesarios para la emergente ciudad naval. Contrajo matrimonio el año 1776 con María López Lamas, vecina de Neda, a cuya localidad trasladó luego su residencia.
Dos años más tarde Juan Lestache figura domiciliado en la feligresía de San Martiño de Xuvia, dentro del municipio de Narón, lugar donde establecería sus molinos harineros y sus fábricas de papel y curtidos. Aunque no regresó a Ferrol hasta poco antes de su muerte, realmente centralizó en la capital ferrolana sus negocios de importación y sus actividades industriales tuvieron como destino principal el consumo de su producción por la población de Ferrol.
El año 1775, después de adquirir los correspondientes terrenos en la margen derecha del río Xuvia, se asoció con su compatriota Francisco Bucau, junto al que construyó varias aceñas o molinos harineros, con sus correspondientes casas y almacenes, en el lugar de Ponte Xuvia. El año 1786 Juan Lestache Nugos se hizo dueño de las instalaciones al comprar la parte de su socio, quedando de esa forma como único propietario del importante complejo, de gran capacidad dentro de las de Galicia y de gran relevancia para el suministro de Ferrol.
Junto con los también negociantes franceses Juan Lambeye y Santiago Beujardín, dedicados a este mismo menester, Juan Lestache no solo adquiría importantes cantidades de cereal castellano para sus molinos, sino que recibía remesas cerealistas de los mercados exteriores en naves propias o fletadas, que traían a Ferrol el grano de cereal desde diversos lugares de Europa como Burdeos, Amsterdam y Hamburgo, incluso desde puertos de Norteamérica.
Centró estas actividades comerciales de transporte en Ferrol, donde era copropietario de una fragata y tres bergantines, además de las embarcaciones auxiliares necesarias para el correspondiente trasiego de grano y harina entre Ferrol y Narón. Los buques que empleaba para la importación de grano le servían también para importar cueros de Argentina, azúcar de Cuba, vinos de Francia, bacalao de Noruega y cáñamo y lino de Rusia.
El año 1787 el industrial francés erigió una fábrica de papel muy cerca de las instalaciones molineras que poseía, tras mantener una serie de litigios con las entonces autoridades de Narón. Asociado con Santiago González de la Cruz, experto fabricante de papel de la zona, mantuvo la fábrica durante varios años hasta que las obras llevadas a cabo en la cercana fábrica de cobrería en el río Xuvia y la muerte del propio Lestache el año 1802 obligaron a su familia al cierre de la fábrica.
Llegado el año 1789 el emprendedor Juan Lestache montó también una fábrica de curtidos, una actividad industrial que también mostraba un creciente auge en la época. Tres años después de la muerte del industrial francés, el año 1805, la fábrica estaba conceptuada como “una de las mejores del Reino de Galicia en su clase”, consiguiendo la viuda e hijos de Juan Lestache el codiciado privilegio de colocar en el frontispicio de la fábrica el Escudo de las Armas Reales.
Dueño de varias casas en Ferrol y diversas fincas rústicas en Neda y Narón, con ocasión de encontrarse seriamente enfermo pasó a residir de nuevo en Ferrol, donde falleció en Mayo de 1802, siendo enterrado en la iglesia parroquial de San Julián de Ferrol. Tanto los diversos aspectos de su vida como los detalles de su amplia actividad industrial y comercial fueron ampliamente tratados por los historiadores Meijide Pardo y Pena Graña, mereciendo su trabajo el elogio de coetáneos como Enrique Larruga y Cornide de Saavedra.
Juan Lestache Nugos tuvo siete hijos de su matrimonio con María López Lamas. El primogénito, Manuel, fue capitán del Regimiento de Infantería de Oviedo; sus tres hijas, Manuela, Teresa y Carlota, se casaron con militares del Ejército de Tierra; por último, de sus hijos más jóvenes, Bautista, José y Federico, el primero emigró a Cuba y el último de ellos fue alcalde de Narón. Varios de ellos, en algún momento de su vida, continuaron la fecunda labor empresarial de su padre.