Por segunda vez en pocos meses, los coruñeses acudieron a la cita de las urnas en lo que fue una jornada marcada por la incertidumbre, a medida que los escrutinios desmentían las predicciones de las encuestas. La abstención subió apenas un 3%, mucho menos que la media nacional, que rondó el 7%. En total, votaron 142.747 personas. Sin embargo, hay un aviso para los mareantes, que han perdido casi un 21% de los votos en la ciudad con respecto a los que obtuvieron en diciembre.
Los datos son elocuentes: 45.759 en 2015 a 37.293, lo que supone una diferencia de 12.388. Es el desplome más brusco de todos los partidos políticos que se han presentado a estas elecciones, sobre todo teniendo en cuenta que hace poco más de un año de las elecciones municipales que llevaron a la formación a ganar los ayuntamientos de las ciudades más importantes de la provincia, y parece indicar un fuerte desgaste para un partido tan joven.
partidos tradicionales
Ayer el ambiente era relajado en el hotel NH Atlántico, donde se reunió parte de la cúpula provincial del PP antes de dirigirse a Santiago, a medida que el escrutinio dejaba claro la caída de Ciudadanos, su competidor político, y la recuperación del espacio de la derecha por el partido de la gaviota: los populares pasaron de 46.705 a 50.815 votos. Sin embargo, el otro gran partido tradicional, el PSdeG, no le fue a la zaga y consiguió invertir la tendencia descendente de los últimos comicios, pasando de 28.927 a 31.534 votos. Esto supone, en los dos casos, un 5% más de votos que los que obtuvieron en diciembre.
El caso opuesto es el del BNG, que sufre un nuevo varapalo al perder más de un millar de papeletas en esta cita electoral, pasando de 4.190 a 3.094. La caída en picado de los nacionalistas sigue acentuándose y ya les sitúa a poco menos del doble de votos que el partido animalista Pacma, que consiguió 1.676 con una campaña en la que pedía dar voz a los animales.