La Policía investiga la causa de la muerte del hombre cuyo cadáver fue descubierto ayer por la mañana al pie del Millennium. Se encontraba en un avanzado estad de descomposición y le faltaba la cabeza, pese a lo que de momento se sospecha que puede tratarse de un hombre de unos cuarenta años de raza gitana que se cobijaba en los bajos del monumento. La investigación está a la espera de que de la Policía Científica pueda confirmar su identidad, así como las causas de su muerte, tras una autopsia.
Habían pasado las once de la mañana cuando acudieron al Millennium varias unidades de la Policía Nacional, después de que una llamada de un transeúnte informara del descubrimiento del cadáver. “Estaba con un compañero cuando un señor que andaba por ahí nos llamó. Nos asomamos a la barandilla y nos dijo ¿Qué te parece eso?”, relata un testigo.
En un primer momento, creyó que se trataba de un simple montón de ropa, pero el otro testigo, “un señor mayor”, lo desengañó. Al acercarse, pudieron constatar que se trataba de un cuerpo que se encontraba en muy mal estado. “Tenía la piel como amarilla, gruesa, y en la barriga se le veían las tripas. Estaba muy mal, como momificado”, recuerda torciendo el gesto. Iba vestido con unos vaqueros y, debajo, un chándal, mientras que una camiseta verde le tapaba donde debería haber estado el rostro.
como un muñeco
Pero en realidad, según constataron minutos después los inspectores de la Policía Científica, allí no había nada: la cabeza no se encontraba con el resto del cuerpo. Al lugar llegaron además, varos patrulleros, así como la jueza de guardia y el furgón del tanatorio, que recogió el cadáver después de que la magistrada ordenara su levantamiento. Mientras tanto los curiosos se amontonaban en la barandilla. “Yo le vi a las diez y media, estuve a punto de llamar al 092, pero creí que era un muñeco”, comentó uno.
El cuerpo se había encontrado al lado del final de la rampa que lleva al Millennium, fuera de la zona asfaltada, así que se encontraba bastante lejos del mar, demasiado como para haber sido arrastrado por las olas, lo que llevó a los investigadores a sospechar que se trataba de uno de los indigentes que suelen buscar cobijo en los locales abandonados del Millennium.
Cuando penetraron en el bajo obtuvieron la confirmación: allí estaba la cabeza, junto con varias pertenencias (documentación incluida) que sospechan que pertenece al fallecido, aunque el cuerpo estaba tan descompuesto que la cabeza casi se había reducido a un cráneo pelado.
La hipótesis que manejan de momento los investigadores es que el sujeto falleció en los bajos del Millennium, donde se refugiaba, y que otros indigentes dejaron el cadáver allí, pudriéndose. Pero, con el paso de los días (o semanas) como el olor se iba haciendo insoportable, decidieron sacarlo fuera, seguramente la noche anterior, para que fuera descubierto. Pero el cadáver estaba tan deteriorado que la cabeza se desprendió del torso y la dejaron en el mismo lugar donde cayó.