Desde la base hasta la cima, el Narón es ya de Superdivisión

Desde la base hasta la cima, el Narón es ya de Superdivisión
Cobelo, Sañudo –izquierda– y Canay y Kuchenkova, a su llegada de la fase dirimida en Pontevedra | e. cortizas

No hubo mucho tiempo para prepararlo pero, sin duda, si no era la ocasión de ayer la que lo merecía ¿cual sería? Decenas de deportistas del Tenis de Mesa Narón recibieron en la tarde de ayer con todos los honores que se merecían a Claudia Canay, Diandra Cobelo y Ekaterina Kuchenkova. Las jugadoras que han marcado un antes y un después en la entidad de Santa Icía con su histórico ascenso a la primera división del tenis de mesa nacional, Superdivisión. .


Su llegada, aunque de puntillas, firme desde la tercera posición de División de Honor a la fase de ascenso a la elite que el pasado fin de semana se dirimió en Pontevedra culminó con la realización de un sueño que fue tomando forma durante una campaña en la que, poco a poco, las locales fueron descubriendo su potencial y opciones de luchar ante los mejores. Y así lo demostraron en la cancha pontevedresa. Con un duelo del sábado en el que perder entraba dentro de lo “previsto” –las naronesas cedieron ante el muy superior Assa Alicante por 0-4–, las locales sabían que tenían que centrar sus esfuerzos en el partido ante el Leganés-Rivas, un rival curtido y con experiencia en esta fase de ascenso. Un choque que comenzó bien para los intereses naroneses, con un sorteo que satisfacía sus intereses y le hacía mantener la esperanza de lo que a principio de temporada parecía imposible.


“Fue un partido dramático”, comenta Fernando Montero, presidente de la entidad, “fueron casi tres horas, muy igualado”. Con los triunfos de Canay y Cobelo, la victoria de Kuchenkova ante Cifuentes fue épica, remontando un 2-0 y, junto con los puntos de sus compañeras, llevando al Narón al olimpo de la disciplina. “Estamos muy contentos, nunca pensamos que se llegaría tan alto. Y además se ha hecho desde la base –Canay y Cobelo son canteranas de la entidad–, con tu gente y sin grandes alardes. Estamos muy orgullosos”, confesaba emocionado Montero en la fiesta sorpresa a las suyas.

Un salto entre los mejores que todavía no terminaban de creer ninguna de las protagonistas. “Ayer –por el sábado– salió mal, pero hoy –por ayer– teníamos la oportunidad, jugamos y ¡fiesta!”, comentaba la internacional Canay a su llegada a Santa Icía. Un ascenso con mucho esfuerzo especialmente en el choque de su compañera Katta que se le “atragantó” a la rusa para luego remontar. “Así sabe un poco mejor”, confesaba la canterana local. “Creo que tardaremos un par de semanas en creérnoslo”, comenta una Diandra Cobelo que asimismo confiesa que “en algún momento se veía perdido, pero se sacó adelante”. Y es que el hecho de acudir sin presión para nada disminuyó los nervios de una joven formación que, una vez en faena, quería recoger la mayor de las cosechas. Y lo hizo. Y lo celebró. “Ahora mismo estoy empapada en champán”, comentaba entre risas Cobelo. Una celebración en la que también estuvo uno de sus referentes en la entidad, una Belén Sañudo ahora más centrada en sus estudios de Ingeniería Industrial, pero que también formó en algunos partidos. “Estoy muy contenta por ellas, es un hecho que no lo imaginabas nunca”, añadía, “ahora Narón es algo en el tenis de mesa, ni pensaba estar ahí con potencias como Cataluña o Andalucía”. Pues ahí estarán, con un histórico Arteal y con el Oroso. Un ascenso esculpido desde la base con el trabajo de todo un club.

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