Más que por estar inmerso en su peor racha del campeonato –seis partidos sin conocer la victoria, 551 minutos sin marcar...–, lo que más preocupa del momento actual del Racing es el mala sensación que deja. Es cierto que el equipo ferrolano mantiene dos puntos de renta tanto sobre el puesto que obliga a ganar una promoción para seguir en la categoría de bronce como las que condenan directamente al descenso a Tercera. De ahí que su intención sea cambiar cuanto antes esta dinámica, por ejemplo en el encuentro que disputa contra el Internacional este mediodía –12.00 horas, Municipal de Boadilla del Monte–.
Ha dejado el Racing de ser un equipo organizado, trabajador y comprometido, características que durante la última temporada y media lo llevaron, primero, a lograr el ascenso a Segunda B y, después, en uno de los importantes de la categoría de plata. Ahora, en cambio, el cuadro verde deambula muchas veces sobre el terreno de juego, dando la sensación más de estar a merced de su rival que de ser superior y tener argumentos como para luchar por vencer en cada duelo.
De ahí que, como en la octava jornada del campeonato liguero, cuando de cara al partido frente al Oviedo B el técnico Emilio Larraz realizó una revolución tanto en el once titular como en el estilo de juego, el preparador sopese realizar unos cuantos cambios para desolverle al cuadro verde la competitividad que le estaba faltando. Muchos vienen obligados por las sanciones –Bruno Rivada, Villarejo y Pablo Rey son baja por este motivo–, otros por cuestiones físicas –Diego Rivas, Dani Abalo o Joselu no parecen en las mejores condiciones físicas—. Lo que está claro es que el once que salta el campo en este partido tratará, con menor o mayor calidad, de dar el máximo en favor de la escuadra verde.