“Lo que he vivido estos años en Ares ha sido increíble”

“Lo que he vivido estos años en Ares ha sido increíble”
Agustín Fernández, entrenó en los últimos ocho años a la trainera del Club de Remo de Ares | Expósito

En el deporte, como en la vida, hay ciclos y cuando uno siente que el suyo ha acabado lo mejor es hacerse a un lado. Con honestidad y tras una larga reflexión, Agustín Fernández Souto asumió que el suyo como entrenador y patrón de la trainera del Club de Remo Ares había llegado a su fin. “Ya no podía aportar la motivación que un barco necesita para seguir creciendo”, asegura, de ahí que decidiese poner un punto –espera que sea y seguido– a su estancia en la entidad que, junto con San Felipe, ha marcado su vida deportiva. Atrás deja ocho años con alguna sombra pero, sobre todo, muchas luces. Una etapa brillante en lo deportivo y que, reconoce, que en lo humano le costará olvidar: “mi corazón es azul”.

Deja atrás ocho años de exitoso trabajo en el Club de Remo Ares. ¿Se acabó su ciclo allí?
Ocho años es mucho tiempo y al final el trabajo se vicia y había cosas que no iban como deberían para mantener el nivel. No me veía capaz de ofrecer la ilusión que el equipo necesitaba, no sabía cómo motivarlos. Cuando ves que no puedes aportar más al barco para que siga creciendo piensas que es el momento de cambiar, de cerrar esta etapa por un tiempo, aclararme, verlo con perspectiva y, quizás, volver después con más fuerza.

A pesar de que la última temporada estuvieron luchando por el ascenso, no fue un año del todo satisfactorio. ¿Pesó eso en su decisión?
Los objetivos se cumplieron al cien por cien. Queríamos ganar la regata de casa y llegar al play-off con opciones de ganarle a Meira y estuvimos muy cerca. Así que sí, cumplimos con creces. Pero cuando bajas de la ACT, la gente quiere que ganes banderas y, aunque nosotros sabíamos que ese no era nuestro objetivo, inconscientemente lo teníamos ahí y había momentos en los que el barco no iba y se pasó mal. No supimos gestionarlo bien. Las expectativas que rodeaban a la trainera no eran reales. Para mí fue duro, porque me sentía bloqueado y pensaba “si ya no sé cómo llevar esto ni qué decirles para meterles otras ideas en la cabeza... ya no puedo aportarles nada más”. Al final, este año pesaron más los momentos malos que los buenos.

¿Cuando llegó a Ares se imaginó todo lo que el club iba a conseguir?
Yo soy un hombre de club. Estuve 17 años en San Felipe, nunca había remado en otro sitio. Llegué a Ares a mitad de temporada, para remar, pero al año siguiente, en octubre de 2010, cogí el equipo para preparar la temporada. Yo me tomo esto muy en serio, como si fuese un trabajo, aunque a veces no cobres nada. Hubo años buenos, otros malos, pero como estás haciendo lo que te gusta y el equipo va creciendo, la gente responde, consigues cosas... En ese momento no lo piensas mucho.

Ha sido una etapa muy exitosa tanto para usted como para la trainera de Ares, con ese ascenso a la ACT. ¿Cuál fue la clave?
El año que se hicieron dos grupos en la Liga Gallega de Traineras nos clasificamos para remar en la Liga A. Teníamos nivel de sobra para estar en ella, pero llevábamos solo dos temporadas juntos y la mayoría de los remeros eran chavales muy jóvenes, así que al final descendimos. La clave fue que mantuvimos el bloque y conseguimos ilusionar a los chavales.
Logramos mantener el nivel y nunca pensamos en ganar la Liga B –como al final hicimos–, sino en mejorar y competir con los de la Liga A. Cambiamos la mentalidad, la forma de trabajo... lo reconstruí todo, machaqué a los chavales para que se concienciaran. Fue un año de pelea pero que nos sirvió para que los cinco años siguientes tuvieran ese método de trabajo asimilado y se vio que acabó funcionando.

¿Tocaron techo con el ascenso a la ACT?
Fue algo increíble. A mitad de temporada estábamos a cuatro puntos de Meira y ¡acabamos poniéndonos líderes al ganar la bandera de Ares, en casa! A partir de ahí, ¿quién te va a parar? Fuimos al play-off y ascendimos cuando nadie lo esperaba... Después estuvimos una temporada en la ACT y, aunque descendimos, mereció la pena solo por vivir esa experiencia. No sé si volveré a vivir algo como lo de estos tres últimos años, ya no solo en lo deportivo, sino en la forma en la que nos lo hizo disfrutar el pueblo. Es algo que no puedes olvidar

¿Deja Ares por Vilaxoán?
No. Nunca lo dejé para cambiar de club. Me fui pensando que era lo mejor para mí y para Ares, con idea de dejarlo durante un tiempo. Después, surgió lo de Vilaxoán y la verdad es que me ilusionó. José Cambados, Truco, empieza este año con ellos y me llamó para llevar la parte física, ser patrón y echarle un cable en la técnica. Es un proyecto nuevo, sin objetivos más allá de trabajar y hacer crecer el club. Me motivó que por primera vez en mi vida me llamó un club que no fuese Ares, su insistencia, el proyecto... pero también poder entrenar con Truco y aprender de él.

Cuando llegue julio y empiece la liga, ¿va a echar mucho de menos la “Santa Olalla”?
Ya la estoy echando de menos ahora. En este momento, para mí Ares todavía lo es todo. Ha sido muy duro tomar la decisión de irme. Le deseo lo mejor y siempre me voy a alegrar de sus éxitos. l

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