“Para mí la danza tiene que comunicar, contar algo”

“Para mí la danza tiene que comunicar, contar algo”
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No importa cuan largo sea el camino si el destino merece la pena. Iris Pintos (Ferrol, 1985) sabe mucho de perseverancia. Estudiante del último curso en el Conservatorio de Danza de Valencia, dio hace solo seis años, tras concluir la carrera de Terapia Ocupacional en A Coruña, sus primeros pasos profesionales en una disciplina que, por otro lado, siempre llevó en la sangre. Estos días recogía en Madrid los primeros frutos de su trabajo con una pieza de sello propio, “Emigrar”, con la que resultó galardonada en el II Certamen Coreográfico del Distrito de Tetuán.

¿Cómo nace “Emigrar”?
“Emigrar” es una pieza que pasó por varios procesos. Empezó siendo un solo, “Mirror” (noviembre de 2013) con el que gané el IV Certamen Coreográfico Delmar de Valencia. En ese momento quería crear una pieza cuyo argumento plasmase la incapacidad del ser humano de decir lo que piensa. Para ello utilicé como metáfora a los políticos. La reacción del público se centró más en la metáfora que en la falta de comunicación y así surgió “Emigrar” (abril de 2014) ya como un dúo con Toni Aparisi.

¿De qué habla la pieza?
“Emigrar” es una crítica directa al poder político partiendo de la premisa que todos los políticos mienten. Para darle fuerza sobre el escenario encontré un documento audiovisual con Zapatero, Aznar y Rajoy, los tres presidentes que marcaron un poco mi vida adulta. Es una crítica directa al poder político en la que se evidencian sus mentiras y eso a las personas las obliga a tomar decisiones. No quería darle una solución al público, sino plasmar una situación y que la gente decida con esa situación, qué es lo mejor que pueden hacer. El dúo tal cual es, refleja una pareja en escena, dialogando, se muestra el panorama político, discuten y al final deciden marcharse.

Su trabajo trasciende la mera narración y adquiere matices de denuncia...  
Para mí la danza tiene que comunicar. El baile es algo abstracto pero a mí siempre me interesó contar algo. Es un arma muy fuerte de contacto directo con el público y esta interacción social es un camino que quiero continuar.

En ese sentido, la actual coyuntura económica y social puede ser una fuente inagotable de inspiración...
Es cierto que la situación actual de crisis es susceptible de muchas reivindicaciones, pero yo quiero plantear todo tipo de circunstancias con las que la gente se pueda sentir identificada, problemas medioambientales, situaciones que nos rodean...

¿Por dónde pasa el futuro más inmediato de la pieza?
“Emigrar” ha sido seleccionada para participar en el festival de Benicasim el próximo mes de julio. Mi objetivo es seguir moviéndola por otros circuitos y que me salgan más proyectos.

Quizás sea esta la mejor baza para los que empiezan...
Pues sí. Este tipo de certámenes son una plataforma para llegar algún día a un teatro o sala, casi inaccesibles para un principiante. Tú tienes un distribuidor y los teatros tienen un programador y son los que acuerdan las actuaciones. Como particular una no accede directamente al programador.

Esta es su primera pieza coreográfica, ¿cómo desarrolla este proceso creativo?
Si, mi trabajo creando coreografías no parte de un momento de inspiración, sino que lo entiendo como un proceso de comunicación con un emisor que soy yo, un receptor que es el público, un canal que es el baile y un código que es el movimiento y que adapto para que el público lo entienda.

¿Coreógrafa o bailarina?
No sabría por cual decidirme. Me gusta coreografiar tanto para mí como para otros y me encanta bailar mis propias coreografías y las de otros. Este es mi último año de conservatorio, que compagino con clases de danza por las tardes tanto a personas iniciadas como a las que no están en contacto con ella. A nivel de enseñanza me encanta trabajar con gente no iniciada, ofrece muchas más posibilidades y es más divertido. Los bailarines tenemos unas ideas preconcebidas de qué tiene que verse con cada movimiento que no poseen sin embargo los que no están en contacto con este mundo.

¿Y una vez finalice este curso?
Pues audicionar, audicionar y audicionar. También me acaban de aceptar como miembro del Consejo Internacional de Danza CID-Unesco. En este sentido me gustaría establecer un espacio de danza en Ferrol, ciudad a la que me gustaría seguir vinculada. El reconocimiento me da igual, aunque me encantaría poder mostrar mi trabajo en mi tierra.

“Para mí la danza tiene que comunicar, contar algo”

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