Esperanza Aguirre afronta divertida su declaración por un incidente de tráfico

Esperanza Aguirre afronta divertida su declaración por un incidente de tráfico

Fiel a su estilo, Esperanza Aguirre afrontó ayer con una sonrisa la entrada al juzgado para declarar por el incidente de tráfico que protagonizó en la Gran Vía, una situación que muchos políticos asumen como una condena anticipada –la famosa “pena de telediario”– y que afrontó divertida.

Aguirre se mostró contenta por explicar “por fin” lo que ocurrió “ese día fatídico”, dijo, y pensando que su futuro político sigue estando “en manos de la providencia”.

Los juzgados de plaza de Castilla fueron desde primera hora de la mañana un hervidero de periodistas y curiosos al que Aguirre se presentó cuarenta minutos antes de la hora fijada –dejó en fuera de juego a algunos informadores–, sonriente y muy dispuesta a hablar.

Y a pesar de comparecer como imputada por este caso, no se escondió, y como suele ser habitual se paró al llegar a la zona, aguardó a que los periodistas se colocasen a su alrededor y soltó su ya famosa coletilla: “¿Estamos todos?”.

La presidenta del PP de Madrid accedió al juzgado acompañada de su abogado y de sus colaboradores más cercanos, vestida con colores claros y sobre tacones, lo que para los periodistas siempre significa que no va a callar. Ya a primera hora se había despejado esa duda y desde su entorno advertían a los periodistas que no se preocuparan por cuál de las puertas iba a acceder para comparecer ante el juez: “Tranquilos, que la presidenta se va a dejar ver”.

En la calle, la expectación durante la declaración de la presidenta del PP de Madrid fue in crescendo, hasta el punto de que a las puertas del juzgado un ciudadano ironizó con la situación: “Parece que el que habla hoy es Bárcenas”.

Dentro, en las puertas de la sala en la que declaraba, aguardaban a Aguirre un amplio despliegue de seguridad integrado por hasta seis policías municipales, varios vigilantes del juzgado y guardaespaldas.

Tras bajar las escaleras del juzgado, a la salida, la presidenta soltó un “guau” ante la cantidad de medios gráficos expectantes y, durante casi un minuto de revuelo, organizó y dispuso a los profesionales para poder recoger sus declaraciones: “Punto primero, no tenemos prisa; estos pobres no ven nada”, avisaba.

Mientras, ciudadanos a voz en grito pululaban a su alrededor brindándole calificativos como “roja”, “sinvergüenza”, “ladrona” y “pija”, a la vez que un hombre de mediana edad le pedía que se presentase a alcaldesa. Algunos incluso aprovecharon la “visita” de Aguirre para cobrarse su minuto de gloria, como un hombre de avanzada edad que paseó durante toda la mañana un cartel con el lema “La Justicia a Aguirre agarró, que de su cargo y Policía huyó”, y que, cuando se acercó a Aguirre para increparla en la calle, fue empujado por un profesional de seguridad y se cayó al suelo.

Pero casi fueron los propios periodistas los que causaron el mayor revuelo, hasta el punto de que a Aguirre le costó unos minutos alcanzar el coche que la esperaba para abandonar la zona.

Esperanza Aguirre afronta divertida su declaración por un incidente de tráfico

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