El puerto es una de las principales fuentes de riqueza de la ciudad, un núcleo de actividad económica. En eso está de acuerdo todo el mundo. Pero las opiniones sobre lo que implica para el IBI difieren radicalmente. Según el alcalde, Xulio Ferreiro, el puerto acoge muchas empresas importantes, que pueden contribuir más a la ciudad, de ahí que haya decidido subirles el IBI, pasando el tipo del 0,60 al 1,30. Pero al otro lado de la valla que separa los terrenos municipales de los del puerto, han hecho las cuentas y se les han atragantado. Entre todos: empresas consignatarias y Autoridad Portuaria podrían tener que pagar cerca de un millón de euros más que el año pasado.
Ferreiro asegura que el planteamiento es “una distribución más justa de la carga tributaria entre Concello, ciudadanos y empresas”, con introducción de criterios de progresividad. Ene l caso del puerto, la razón de esta subida es que el tipo aplicable se iguala al resto de Bienes Inmuebles de Características Especiales (Bices). Para muchos de los afectados, la modificación de las ordenanzas fiscales que plantea el Gobierno local es incomprensible. “No lo entiendo, no entiendo el motivo de esta medida. Si nos subiera el IBI a todos, sí lo entendería, pero esto no lo entiendo en absoluto”, comenta un consignatario. Ferreiro alega que en el puerto se encuentran grandes empresas, como Repsol, para las que esta subida en el IBI no supone un gran esfuerzo. Pero los consignatarios señalan que también “hay otras empresas”.
También hay que tener en cuenta a la Autoridad Portuaria: el ente público también paga el IBI, unos 260.000 euros el año pasado, lo que significa que por el presente ejercicio tendría que pagar unos 570.000. Es un esfuerzo económico considerable teniendo en cuenta que está endeudado debido a la construcción del Puerto Exterior, y que no cuenta con salir de números rojos hasta realizar una importante operación inmobiliaria en los terrenos del actual puerto, algo contra lo que el Ayuntamiento se ha posicionado siempre.
sector estratégico
Además, está el sector pesquero. En una intervención pública esta misma semana, el alcalde manifestó su intención de que no se viera afectado por las nuevas ordenanzas fiscales. “É un sector extratéxico para a cidade”, explicó. Así que en un principio, los que salen cada día a faenar y la lonja no tendrían por qué temer una subida en sus contribuciones.
Pero fuentes portuarias tienen serias dudas de que esto sea cierto después de examinar el texto que la Marea Atlántica presentará en el próximo pleno. “La subida afecta a todas las empresas, incluida la lonja, lo que ocurre es que hay reducciones incluidas en el texto”, explica.
Si los cálculos que esgrimen son ciertos, eso significa que para los pescadores subirá un 8% este impuesto. Para el sector portuario, que sigue capeando la crisis, resulta un problema que el Gobierno local elimine las bonificaciones que hasta ahora habían disfrutado con el IBI.