Cuando todo se prepara para acoger dos procesos electorales en el mes de abril y mayo, el Concello celebró ayer con la apertura al público del Palacio Municipal el 40º aniversario de las primeras elecciones municipales de las democracia.
En torno a medio centenar de personas quisieron conocer los entresijos del edificio que a diario ven presidiendo la plaza de Armas pero que no todos conocen y mucho menos las salas que se pudieron visitar y que normalmente no están abiertas al público.
Las explicaciones generales sobre la construcción del edificio o el papel de la plaza de Armas como mercado en sus inicios, explicadas por el guía José Liñeira, fueron concretándose a medida que avanzaba el recorrido y que aumentaba la curiosidad de los visitantes –que se repartieron en tres grupos por la mañana y dos por la tarde–. Así, el primer salón en llamar la atención fue el de recepciones, el de mayor tamaño y dedicado a entregas de premios o actos institucionales.
La mesa central que preside la estancia pertenecía al Ejército de Tierra y da cuenta de las estrechas relaciones que siempre existieron entre la administración local y el ejército y la marina.
Felipe V y Carlos III presiden este espacio, recordando hechos históricos de la ciudad como la construcción del Arsenal o la expansión de la urbe desde el barrio de A Magdalena.
El despacho de la Alcaldía fue otra de las estancias que llamó la atención de los visitantes, con obras de arte de Sotomayor, Máximo Ramos y Pérez Villamil, además de González Collado y en él pudieron ver también los Libros de Oro del Concello con las rúbricas y dedicatorias de los Reyes Eméritos o del actor Javier Gutiérrez, Hijo predilecto de la ciudad.
Los pasillos del Palacio, con retratos regios y de personalidades que marcaron la historia de la ciudad como el marqués de Amboage o Sánchez Aguilera llevaron también a preguntas y observaciones de los asistentes.
La sala Jorge Juan, que albergaba antes las celebraciones de las Xuntas de Goberno y que luce el mapa más antiguo de la ciudad; la sala de alcaldes, con retratos de regidores desde el siglo XIX y el salón de plenos, en el ques e celebran las sesiones de la corporación fueron las estancias más curiosas para los grupos de visitantes.