El accidente de la fragata noruega “Helge Ingstad”, fabricada en las instalaciones de Navantia de la ría de Ferrol, continúa levantando polémica tras hacerse público que una investigación realizada de forma interna por técnicos de Navantia tira por tierra la teoría inicial esgrimida por el gobierno escandinavo de que el hundimiento se habría producido por una falla de diseño en el buque.
Según recoge el diario “Lainformación.com”, fuentes del grupo naval público próximas a la investigación descartan por completo que hubiera problemas con la estanqueidad de la fragata, señalando que todas las pruebas de simulación del incidente realizadas por el personal de Navantia garantizan que los sistemas de seguridad de la “Helge Ingstad” funcionaron correctamente.
El mencionado informe detalla que, fruto de la colisión con el petrolero “TS Sola”, fueron dañados cinco compartimentos de la fragata y no tres, como en un principio se había dicho. Al igual que ya había sido señalado por un dossier elaborado meses atrás por el Ministerio de Defensa, las normas de seguridad en la construcción naval obligan a garantizar la flotabilidad del buque con hasta tres de estas unidades dañadas, pero más allá de esto su integridad se ve comprometida.
Accidente evitable
Pese a que la conclusión principal del informe exoneraría directamente al grupo naval público, el resto de puntos reseñados resultan también muy reveladores.
En primer lugar, el documento señala que el accidente podría haberse evitado hasta 40 segundos antes de la colisión, por lo que no se debería a ninguna cuestión técnica y apunta directamente a un comportamiento negligente por parte de la tripulación.
Por otra parte, el informe hace mención de importantes “lagunas en el seguimiento de los protocolos de seguridad” por parte del personal de la “Helge Ingstad” que habrían comprometido seriamente la integridad de la nave. Así, los técnicos de Navantia señalan en el documento que, de haber seguido estas pautas, podría haberse evitado el hundimiento de la misma o, al menos, aumentar el tiempo en el que se mantuvo a flote, lo que podría haber permitido haberla remolcado a una localización más segura.
No obstante, la información también hace mención a factores determinantes ajenos a la tripulación, como el mal tiempo, que también deberían tenerse en cuenta a la hora de sacar conclusiones y para explicar el comportamiento del personal de la fragata en un momento tan crítico. No obstante, habrá que esperar al verano para conocer las conclusiones de la propia Noruega.