El ataque con cohetes a la base iraquí de Besmayah, donde están destinados alrededor de 350 militares españoles, no causó daños personales ni materiales puesto que se produjo a unos 100 metros de la base, según fuentes del Ministerio de Defensa.
De esto informaron las autoridades españolas después de que se supiera que al menos dos cohetes habían impactado en la base de Besmayah, que alberga tropas de la coalición internacional de lucha contra el Estado Islámico, liderada por Estados Unidos. Se trata del tercer ataque de este tipo en tan solo una semana, según informaron ayer las autoridades iraquíes.
“La pasada noche, dos cohetes impactaron contra posiciones de nuestras fuerzas de seguridad en la base de Besmaya”, informó en un breve tuit la Célula de Información de Seguridad del Gobierno iraquí, sin aportar en es momento más detalles sobre los daños o si se produjeron víctimas, aunque después se conociera que no había daños humanos.
Este es el tercer ataque que se produce en una semana contra bases militares iraquíes con presencia de tropas extranjeras y que, hasta el momento, no fueron reivindicados por ningún grupo, aunque Estados Unidos acusa directamente a la milicia armada chií Kata’ib Hizbulá, integrada dentro de la agrupación Multitud Popular.
Otras ofensivas
El pasado sábado, 14 de marzo, al menos tres miembros de la coalición internacional, además de dos militares iraquíes, resultaron heridos en un ataque con cohetes contra la base de Taji, a unos 30 kilómetros al norte de Bagdad y que también cuenta con tropas españolas, que no resultaron afectadas.
El pasado día 11, dos militares estadounidenses y uno británico murieron en un ataque con casi una veintena de cohetes contra las mismas instalaciones, donde está desplegado personal de la coalición internacional en tareas de entrenamiento y asesoramiento. En este caso tampoco resultaron heridos militares españoles.
Estos ataques se producen en medio de una escalada de tensión en la zona de Oriente Medio, la cual comenzó a principios del pasado mes de enero tras la muerte del general iraní Qasem Soleimaní en un bombardeo selectivo de Estados Unidos en la capital iraquí.