Los empleados de Talleres Prego, el concesionario de Citröen en Ferrol, obtuvieron ayer una prórroga de 16 días, hasta el próximo 28 de febrero, para tratar de clarificar su situación antes de que se lleve a cabo el desahucio que los dejará sin centro de trabajo. Son 25 personas que han peleado hasta el final por el concesionario y que finalmente se quedan en la calle víctimas de las desavenencias entre los socios: José Ramiro Fuentes Prego y su exmujer Luisa Salorio Montero.
La orden de desahucio dictada por el juzgado es consecuencia de la denuncia de Luisa Salorio a su exmarido. Ambos son titulares de la empresa y también propietarios, a partes iguales, de las instalaciones de más de 1.800 metros cuadrados que ocupa desde hace 25 años Talleres Prego en el polígono de A Gándara.
La demanda fue planteada por ella a raíz de que él no le pagase la parte correspondiente del alquiler de dicha nave, aunque entre ambos hay otros procedimientos judiciales pendientes. Los trabajadores criticaron ayer, mientras esperaban la llegada de los representantes del juzgado que debían ejecutar la orden de deshaucio, que los dueños se desentendieron del negocio hace años y que la situación actual es únicamente consecuencia de su mala gestión y su abandono.
Los delegados de personal, Alberto Calvo Teijeiro y José Manuel Couce García, explicaron que la empresa es fundamentalmente de los dos socios citados, aunque también tiene una pequeña participación su hija, y subrayaron que “trabajo hay” suficiente para mantener la continuidad del negocio y que el cierre solo hay que achacarlo a los problemas familiares de los dueños.
Los afectados se quejaron del “total abandono” en el que están desde hace tiempo y subrayaron que, pese a ello, los trabajadores han hecho enormes esfuerzos por mantener la empresa, que gracias a eso no tiene deudas con otros proveedores al margen de Citröen.
Talleres Prego sufrió como la mayoría de los concesionarios la crisis y entró en concurso de acreedores hace más de un año. Se negoció la venta de la empresa a unos nuevos inversores, si bien finalmente no se llegó a cerrar la operación y, según las quejas de los trabajadores, en los últimos tiempos se ha dejado morir la actividad. Los empleados se manifestaron confiados en que pronto Ferrol tendrá otro concesionario Citröen, pero consideraron inviable la recuperación de Talleres Prego por las deudas acumuladas.
Finalmente ayer, y pese a que los cerrajeros ya habían procedido a cambiar las cerraduras, los funcionarios judiciales acordaron con los trabajadores conceder una prórroga hasta el próximo día 28 para hacer efectivo el desahucio, un tiempo que los empleados emplearán en tratar de clarificar su situación con el administrador concursal. De no tramitarse sus despidos, se quedarán en el limbo de los que ni cobran, ni tienen empleo, ni pasan a las listas del paro.