El 47% de la demanda eléctrica de Galicia, al cierre anual del pasado año 2019, procedía de la generación eólica, que alcanzó los 8.698 GWh (segundo año de mayor generación tras el 2013), lo que supone un incremento con respeto a los últimos ejercicios, cuando esta se situaba entre el 34% y el 41 por ciento.
Para la Asociación Eólica de Galicia (EGA) se trata de un “dato significativo”, que revela el “mayor peso de la energía producida por el viento en el consumo final de energía eléctrica” y que, si se suma la generación de origen hidráulico, supera el 88% de la demanda. “Son muy buenas noticias para las fuentes limpias de generación eléctrica, una tendencia que nos indica que, en el plazo de cinco años, la comunidad gallega podría equilibrar la demanda y el consumo, por energías cien por cien renovables”, apuntaron desde la asociación en un comunicado.
En cuanto a la situación actual, la Asociación Eólica de Galicia señaló que, durante el estado de alarma decretado por el Gobierno central, el consumo eléctrico descendió alrededor del 10% en la primera semana, caída que llegó al 20% posteriormente. Los precios, por su parte, bajaron en ese período entre un 25 y un 30% en total. Para la entidad, si la transición energética, “con todos sus objetivos e inversiones”, era “una hoja de ruta obligada”, en esta situación de crisis global por el coronavirus, “resulta imprescindible”.
Préstamos oficiales
“Ahora habrá dificultades para financiar proyectos, de ahí que los préstamos oficiales a bajo coste y las nuevas subastas posibilitarán que esos proyectos sigan su curso. De lo contrario, tenemos el riesgo de que entren en vía muerta”, añadieron. Del mismo modo, esta entidad reflexiona que “a menos dependencia energética, mayor fortaleza”, destacando que “La comunidad gallega tiene la oportunidad de generar con fuentes renovables toda la energía eléctrica que necesita para su consumo, tanto industrial como doméstica”.
Con un año como el presente 2020 “tan irregular y todavía incierto”, esta planificación, explican, “se resentirá”, por lo que, a posteriori, “conviene reactivar el sector de las fuentes limpias como creadoras de riqueza, empleo de calidad y, naturalmente, un mundo sostenible”, concluyen.