El Supremo revocó el tercer grado concedido por la Generalitat a los nueve condenados a prisión por el procés por considerarlo prematuro y tampoco podrán gozar del régimen flexible que les permitía el artículo 100.2 del reglamento penitenciario por no estar conectado con la reinserción.
Los magistrados que juzgaron a los líderes independentistas dictaron nueve autos de contenido similar, en los que estiman los recursos de la Fiscalía contra el tercer grado y contra la aplicación del artículo 100.2 que se concedió a los presos antes de otorgarles el régimen de semilibertad.
Entienden que es preciso que transcurra un periodo de tiempo mayor para evaluar adecuadamente la evolución del interno y el tratamiento penitenciario, máxime cuando se trata de condenas elevadas (de 9 a 13 años de cárcel) de las que ninguno cumplió la mitad, y la mayoría ni siquiera una cuarta parte.
Tras la decisión de los magistrados, la expresidenta del Parlament Carme Forcadell y la exconsellera Dolors Bassa reingresaron en prisión para cumplir sus condenas en segundo grado.
Forcadell llegó hacia las 20.50 horas al centro penitenciario de Wad-Ras, donde un grupo de independentistas, entre ellos el vicepresidente del Govern, Pere Aragonés, y el presidente del Parlament, Roger Torrent, se oncentraron a las puertas de la cárcel para mostrarle su apoyo.
Antes de entrar en prisión, Forcadell agradeció que los independentistas siempre la hayan apoyado: “nunca os agradeceremos suficientemente todo el apoyo. Sabemos que nos queréis y sobre todo sabemos que persistiréis y persistiremos”, indicó.
Dolors Bassa, por su parte, lo ha hecho en la cárcel de Puig de les Bases en Figueres (Girona) arropada por manifestantes independentistas e integrantes del actual Govern,
En apoyo de Bassa, La Asamblea Nacional Catalana (ANC) había convocado esta concentración, a la que han acudido seis columnas de vehículos procedentes de Girona, La Bisbal d’Empordà, Banyoles, Olot, Santa Coloma de Farners y Figueres.
A su llegada, Bassa, visiblemente afectada y rodeada de familiares, manifestó: “Por mucho que nos quieran pisar, no lo conseguirán” .
La palabra venganza fue la más utilizada por los partidos y entidades independentistas catalanes y el propio Govern ayer ante la decisión del Tribunal Supremo de revocar el tercer grado concedido por la Generalitat a los 9 condenados a prisión por el procés.
A esta idea se sumó En Comu Podem y su portavoz en el Congreso de los Diputados, Jaume Asens, mientras otras formaciones políticas nacionales emplearon la habitual fórmula de observar respeto a las decisiones judiciales.
El vicepresidente del Govern catalán, Pere Aragonés, denunció una “venganza política” del Supremo, ante lo que ha abogado por responder con “más política y democracia que nunca”.