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jueves | 18 abril | 2024
Un equipo de investigadores ha hallado nuevas evidencias de la presencia de renos en la Península Ibérica durante el Pleistoceno, según ha informado hoy el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), en Burgos.
Joseba Ríos Garaizar, investigador del CENIEH, forma parte de este equipo, que está liderado por Asier Gómez-Olivencia, del Museo Nacional de Historia Natural de París.
El estudio, que se acaba de publicar en la revista científica Boreas, plantea una revisión cronológica y arqueo-paleontológica de la presencia de los renos más meridionales de Europa en la Península Ibérica durante el Pleistoceno.
Esta revisión se basa en el importante número de restos de esta especie encontrados en yacimientos de Vizcaya, entre los que se encuentran uno de los más antiguos de la Península Ibérica, datado al final del Pleistoceno Medio, hace cerca de 800.000 años, recuperado en el yacimiento de Arlanpe, en Lemoa.
El reno es una especie adaptada a climas fríos y paisajes abiertos y llanos, que actualmente habita cerca del círculo polar pero que durante el Pleistoceno Medio y el Superior ocupó buena parte de Europa.
A diferencia de otras especies adaptadas al frío como el mamut o el rinoceronte lanudo, apenas penetró en la Península Ibérica, salvo el norte de Cataluña y a la Cornisa Cantábrica, especialmente en su extremo oriental.
Esta distribución geográfica no coincide con las representaciones artísticas de renos en arte rupestre y mueble, que muestran una distribución más amplia, por ejemplo en la Meseta Norte, lo cual podría reflejar la comunicación cultural de larga distancia o el movimiento de grupos humanos, que implicaría contactos entre los grupos humanos que habitaron estas regiones.
En este estudio, titulado "Nuevas evidencias de la presencia de renos en la península ibérica en el Pleistoceno: una revisión arqueopaleontológica y cronológica", también han participado investigadores de las universidades de Burgos y de Oviedo, del Arkeologi Museoa y del Euskal Museoa de Bilbao y de la Sociedad de Ciencias Aranzadi de San Sebastián.
