El Gobierno nipón conmemoró ayer los 30 años en el trono del emperador Akihito, que abdicará el 30 de abril, en una ceremonia celebrada en el Teatro Nacional de Japón en Tokio en la que el jefe de Estado dijo sentirse afortunado al término de su era. “Es una suerte que haya podido cumplir con mis deberes con la ayuda del pueblo”, dijo Akihito, de 85 años, durante el evento.