La llegada del otoño ha supuesto la desaparición de muchas terrazas de las calles de la ciudad, una vez vencidas las licencias que se otorgan para los meses de verano. Así, tanto en la calle Magdadela, en el tramo que se peatonaliza exclusivamente en épocas señaladas como Navidad, Semana Santa o verano, como en la calle Pardo Bajo, la oferta hostelera se ha visto limitada como en años anteriores al interior de los locales.
La diferencia radica en que el tramo de la calle Magdalena ha recuperado ya la circulación rodada mientras que Pardo Bajo continúa siendo peatonal, tras la decisión adoptada la pasada Semana Santa. Sin embargo, los hosteleros no han pedido, por el momento, los permisos para instalar mesas y sillas en el exterior de los locales durante todo el año.
Así las cosas, el panorama de la calle es un tanto desolador, ya que los peatones se sienten atraídos especialmente por los locales de hostelería que han convertido esta calle en zona de referencia para el sector.
Los propios establecimientos reclamaban la peatonalización definitiva del vial y así se hizo pero, a juicio de los propietarios de los locales de la zona, esta se tradujo en un cierre al tráfico que nada tiene que ver con una calle peatonal, ya que ni el firme ni las aceras que se mantienen son propias de un vial destinado al peatón.
Por esta razón ayer la Asociación de Hostalería de Ferrol mantuvo un encuentro con el concejal de Urbanismo, Julián Reina, para conocer qué previsiones baraja el gobierno local a este respecto.
La calle continuará siendo peatonal, ahora bien, las mejoras no están previstas a corto plazo, según explicó ayer la gerente de la entidad, Luisa Barro.
De este modo, el concejal no ha dado plazo alguno sobre unas posibles obras de adecuación de la calle Pardo Bajo, inmerso ahora mismo en la reforma de la plaza de Armas y calles adyacentes.
Así las cosas, los hosteleros deberán analizar ahora si solicitan o no la licencia de montaje de terrazas para todo el año, aprovechando la no circulación de coches, o se limitan únicamente a instalar sus mesas y sillas en épocas puntuales.
Los hosteleros de la calle María sí han optado por tener terrazas todo el año, y ya gestionaron esta posibilidad antes incluso del verano para aprovechar las oportunidades que permita el tiempo aun fuera de las temporadas en la que hay más turistas.