La novia del supuesto descuartizador de Majadahonda, aseguró ayer que ella también vivió la enfermedad que padece el acusado (esquizofrenia) hace tiempo, por lo que sabe que “puede llevar a eliminar a una persona”, aunque no cree que su pareja haya cometido los dos crímenes.
Bárbara fue protagonista de la tercera sesión del juicio, que se celebra en la Audiencia Provincial de Madrid. Protegida por un biombo para que el público no le viera la prensa, aunque sí el acusado y los miembros del tribunal, la testigo explicó que conoció al procesado, Bruno Hernández, “en mayo de 2013 o 2014” en un hospital psiquiátrico y que comenzaron una relación sentimental en diciembre de ese último año.
Hermandad imaginaria
Bruno la llamaba Verónica en vez de Bárbara pues ese nombre contenía las letras e y r porque así formaba parte de la imaginaria hermandad secreta compuesta por importantes personajes cuyos nombres o apellidos contienen ambas letras, como así explicó el propio detenido el martes en el juicio.
De hecho, su novia insistió en que mostraba esta teoría también con ella y que le explicó que dicha hermandad estaba comandada por “los amos”, entre los que citó a “Tintín Hernánder y Fernánder”. “Era capaz de hablar la noche y el día sobre E y R. Lo vio como un juego, no sabía que estaba tan enfermo. Era una cosa que daba miedo”, subrayó.
La testigo sí conoció a Adriana, la mujer argentina a la que el procesado había alquilado una vivienda en esa misma casa y que los investigadores creen que también mató y descuartizó, Y la conoció porque, según indicó, vivió unos meses en ese chalé. “Estuvimos encerrados una semana en el sótano todo tiempo. Yo tampoco estaba muy bien en ese momento”, reconoció la testigo.
No obstante, negó haber visto allí la picadora con la que supuestamente su novio se deshizo de los cuerpos y que la Guardia Civil localizó en dicho sótano. “Lo que había era una doble, una estantería, unos muebles. No había cuchillos”, describió aunque confirmó que vio una escopeta y un arma de su compañero.
Respecto a la Semana Santa de 2015, momento en el que se pierde la pista de la ciudadana argentina. Bárbara señaló que esos días no vio a su pareja porque le había dicho que le había salido un trabajo y tenía que terminarlo. l