El catedrático de Filosofía Contemporánea de la Universidad de Barcelona, Manuel Cruz, abrió ayer en el campus de Ferrol el programa de conferencias del 18º Curso de Pensamiento Carlos Gurméndez organizado por el Club de Prensa con la colaboración de la Universidade da Coruña. Minutos antes de su intervención, centrada en las aportaciones que el filósofo, como intelectual que se supone, puede hacer a la sociedad, compartió algunas de sus ideas con este periódico.
Reflexiones, todas ellas, enmarcadas en el contexto de la temática sobre la que este año se ha articulado la actividad formativa, desarrollada bajo el título “Filosofía do desencanto. A desmoralización social”.
Cruz vinculó inevitablemente esta especie de sentimiento colectivo actual a la “especie de crisis que atraviesan verticalmente todos los estratos de la vida social”, desde los básicos y estructurales, hasta aquellos de carácter ideológico o político. “En la medida que eso significa el cuarteamiento del edificio social, interesa ver cómo se puede hacer para reconstruirlo”.
participación
Y ahí, defiende, tienen mucho que decir todos los sectores de la sociedad, incluidos los filósofos. Y pregunta: “¿por qué damos por descontado que han de ser solo determinadas personas las que asuman cargos de responsabilidad? ¿Por qúe aceptamos sin ninguna crítica que un registrador de la propiedad es alguien particularmente cualificado para dirigir un país?”. En este sentido, aboga por hacer una reflexión “más seria” sobre lo que supone la “gobernanza”, y entonces, añade, “nos plantearíamos la participación de unos y otros sectores de otra manera”.
En el plano de los valores, alude al peligro que en ocasiones puede entrañar el hecho de que la denuncia de esta crisis moral sea utilizada como coartada para intentar el retorno de viejos valores. “En ningún caso se puede tratar de criticar los valores para que vuelvan, sino que hay que ser capaces de elaborar algo así como una tabla de valores a la altura de nuestro tiempo. Sabemos prefectamente que no podemos fundamentar los valores como se hacía antes, por ejemplo, cuando se creía en la existencia de un ser trascendente que era el que decidía o delimitaba lo que era bueno o malo. Ahora hemos de ser nosotros, la sociedad la que, de alguna manera, acuerde y pacte sus valores. Hemos de empezar a ver cuáles son los mínimos valorativos en los que nos hemos de poner de acuerdo”, concluyó.
programa
La conferencia de Manuel Cruz dio paso, ya en la jornada vespertina de la sesión inaugural del curso de verano Carlos Gurméndez, a otras tres ponencias protagonizadas los catedráticos Julio Sequeiros (Estructura Económica) y José Luis Veira (Sociología) así como por el médico Javier Martínez Pérez-Mendaña. La corrupción en las instituciones; los valores cívicos y la desconfianza institucional; y la bioética, fueron las cuestiones abordadas por cada uno de ellos.
Más de medio centenar de personas formalizaron la inscripción en el curso que se prolongará hasta mañana viernes.