Rababiero Promociones trae esta tarde –19.00 horas– al Pazo da Cultura de Narón la adaptación teatral del clásico de Antoine de Saint-Exupéry “El Principito”. La actriz ferrolana Ada Fernández, junto a Rafa Molina, será la encargada de recrear un texto apto para todas las edades. Las entradas, todavía disponibles, tienen un precio de 8 euros.
¿Qué puede avanzar del espectáculo que traen al Pazo?
“El Principito” es un espectáculo infantil dirigido a niños a partir de cuatro años. Y aunque está especialmente dedicado al público infantil es una buena ocasión para que los adultos acudan al teatro con los niños.
¿Cómo nació la idea?
Conocí a Rafa Molina en la escuela de arte dramático en Madrid y hace año y medio decidimos apostar por este proyecto. La idea partió de nosotros, es una obra que afrontamos con mucha ilusión, aunque para su puesta en escena nos asociamos con la productora CoArt+E. La representación de esta tarde supondrá el estreno nacional en castellano de la obra, aunque anteriormente ya la representamos en inglés.
¿Por qué esa apuesta en inglés?
La idea de versionarla en inglés es una cuestión de mercado. El teatro es algo muy personal que se hace por inquietud artística pero hay que tener en cuenta lo que exige el mercado. En este sentido nos parecieron muy interesantes las campañas escolares, dentro de las que este espectáculo puede tener mucha salida, sobre todo ahora con la educación bilingüe que imparten muchos colegios. Además, como actores nos supone un reto, un superentrenamiento. Aunque por el momento solo tiene una versión bilingüe, en inglés y castellano, no descartamos traducirla más adelante a otro idioma como el gallego.
Se trata de una pieza atemporal ¿cree que tiene también una lectura actual?
“El Principito” es un libro que tiene muchas lecturas, muy metafórico y cada interpretación está a merced de la imaginación y la sensibilidad de cada uno. “Lo esencial es invisible para los ojos” y es cierto. Es algo que, actualmente con la crisis, hemos tenido que volver a aprender.
No es la primera vez que se hace una adaptación de este clásico... ¿qué diferencia su espectáculo de otros?
La puesta en escena y la estética son muy similares a las ilustraciones de la obra original. Los figurines están inspirados en el libro y para la escenografía nos apoyamos mucho en proyecciones audiovisuales que nos permiten desplazarnos cómodamente por el escenario. Lo que resta se recrea en el gesto de los actores. Quizá esta sea un poco la seña de identidad de nuestra adaptación.
Usted que tiene experiencia con todo tipo de públicos, ¿qué caracteriza a un auditorio infantil como el de esta tarde?
El público infantil es un público exigente porque es el más sincero. En cuanto no le gusta una obra se empiezan a revolver en las butacas, pero también es supergratificante. Te exige tener la energía ahí arriba durante toda la función pero también son un público muy agradecido. Cuando acabas y ves sus caras, muchos te miran con admiración.