La cofradía de las Angustias esperaba desde el Domingo de Ramos la oportunidad de volver a sacar sus imágenes a la calle. Pudieron hacerlo, por fin, ayer, tras suspender dos desfiles (el miércoles y el jueves). Fue en la única procesión de la jornada, la de la Caridad y el Silencio, una marcha marcada por el luto riguroso, la promesa de realizar el recorrido en silencio, la ausencia de ornamentación y también la austeridad musical. Solo los timbales anunciaban la llegada de la Cruz Sudario y de la imagen de la Virgen de las Angustias, precedida por un sexteto, a su paso por el Cantón y las calles Carmen, Real y Sánchez Barcáiztegui. Su destino era la concatedral de San Julián, donde se entregó el dinero recogido a lo largo de todo el día en el templo para el refugio de Caranza.
El conselleiro Agustín Hernández participó en este desfile junto al alcalde, José Manuel Rey, y otros ediles. También numerosos cofrades se sumaron a una marcha muy seguida por el público a lo largo de todo el camino. La lluvia, tan presente a lo largo de toda la semana, no de-sanimó en estos días a los fieles pero sin duda se esperaba un día de sol para volcarse con una celebración que forma parte de las señas de identidad de la ciudad para sus habitantes y hacia el exterior.
La Semana Santa concluye hoy con una procesión con un carácter muy diferente a la de ayer. Es un desfile lleno de alegría por la resurrección, que comenzó a celebrarse en el año 2006. En él participan tres cofradías. El Jesús Resucitado sale de la Orden Tercera a las 12.00 horas, y se dirige a la plaza de la Constitución por las calles Real, San Diego, Magdalena y Tierra. Media hora más tarde parte María Magdalena de la Merced, para procesionar por María, Arce, Real y Tierra. Desde las Angustias sale a las 12.45 la Virgen de la Luz, para cruzar el Cantón y llegar también a la plaza, en donde se celebran los oficios religiosos. Después la procesión se dirige hacia la Orden Tercera, por Tierra y Real. Las acompañan las banas de las Angustias, Acotaga, OJE, Ferrol, Agarimo y Timbaleros.
El Domingo de Resurrección tiene también gran tradición en Ares, donde se celebra el encuentro del Jesús Resucitado con la Virgen del Rosario. La primera imagen sale a las 11.30 horas de la iglesia parroquial y la segunda, media hora más tarde, de Lubre. Tras la reunión en la calle, regresan ambas a este último templo para celebrar una misa de campaña y, después del sermón de la resurrección, bendecir los bollos de pan.