La última sesión de 2018 de la serie de charlas “Conversas no Parador”, organizadas en el emblemático hospedaje ferrolano por el Club de Prensa, contó ayer con la participación del profesor de la Universidad de Santiago de Compostela y antiguo senador por A Coruña, Jaime Barreiro Gil. En una de las mejores intervenciones del presente período, Barreiro profundizó en las repercusiones económicas del sistema ferroviario de Galicia y las consecuencias de no apostar a nivel institucional por un transporte que, al menos a nivel de mercancías, resulta fundamental para la mayoría de las grandes potencias de la Tierra.
“Operamos bajo un sistema desarrollado en el siglo XIX”, aseguró el ponente, recordando que hasta hace muy poco Galicia y Asturias se encontraban completamente desligada del Corredor Atlántico, perteneciente a la Red Transeuropea de Transporte (TEN-T). Durante su intervención, Barreiro señaló que en España el transporte de mercancías mediante el sistema ferroviario representa únicamente el 5% del total, destacando la falta de apuestas por parte de las diferentes administraciones a la hora de establecer un sistema diferente. En el caso de Ferrol, pese a estar en construcción la conexión por tren al puerto exterior, la falta de visión de la clase dirigente supone un desaprovechamiento más que palpable de las posibilidades industriales del noroeste, que según asegura, podría permitir un resurgir de la ciudad como referente comercial del área.
“Estar fuera de las líneas económicas de Europa es un suicidio”, sentenció Barreiro, añadiendo que era una posición que “no nos podemos permitir”, dada la actual coyuntura económica en la que se encuentra la comunidad. El profesor, no obstante, alabó el nuevo contrato de fragatas para la Armada Española, a pesar de que considera que se trata de “una trampa”, al ser una solución a medio plazo que no ataja realmente el problema de desarrollar un “monocultivo económico” en la ciudad naval. Así, Jaime Barreiro reflexionó del peligro de dedicar todos los esfuerzos en un único modelo que depende, principalmente, de un único cliente, “como ya sucedió antes”.
Una posible solución, anticipa, podría partir de la elaboración de un nuevo mapa ferroviario que aprovechase las posibilidades geoestratégicas de la ciudad naval, situando tanto a Ferrol como a Galicia como uno de los principales puertos de entrada de mercancías por mar de Europa. Los avances en esta materia, que permiten un transporte rápido y eficiente, establecerían un modelo económico menos focalizado en los traslados por carretera, además de permitir una mejor interconexión a nivel continental.
Para ello, no obstante, es preciso elaborar un proyecto a largo plazo, una decisión que la clase dirigente no parece estar dispuesta a tomar, dada la tendencia general a la obtención de resultados inmediatos.