Claudia Rojo es una de los muchos españoles a los que les ha tocado vivir la alarma sanitaria de nuestro país en la distancia. La atleta naronesa completará esta primavera su quinta temporada en la Universidad de Wichita State, donde además de cursar con notable éxito sus estudios de Ingeniería Aeroespacial ha acumulado numerosos galardones deportivos defendiendo los colores de su centro educativo.

Como a la mayoría de deportistas, la pandemia por coronavirus ha frenado su temporada en seco. El máximo órgano que rige el deporte universitario decidió cesar la actividad hasta el próximo ejercicio y las distintas conferencias, que tienen potestad para organizar sus propias competiciones, han seguido su ejemplo en los últimos días.

Más teniendo en cuenta que en Estados Unidos, en apenas unas horas, la postura oficial ha pasado de ser considerablemente laxa a colocar el país en un estado de “guerra”, en palabras de su presidente Donald Trump.

Claudia Rojo asiste al devenir de los acontecimientos con incertidumbre, pero también con cierta preocupación pues, a su modo de ver, muchos estadounidenses no son conscientes de las dimensiones y los peligros que acarrea esta crisis sanitaria de carácter internacional. “Aquí la gente se lo toma a broma. Siguen saliendo a los bares, a la calle... pero después compran papel higiénico como locos”, lamenta. “Yo trato de convencer a mis amigos de que intenten no salir. Les digo que así empezó la cosa en España, pero hacen caso omiso. Es más, la gente dice que en Europa y en España se ha extendido el virus porque los sistemas de salud e higiene no son tan buenos como aquí”, sentencia.

Una afirmación esta última que ella puede corroborar como totalmente falsa. “Cuando les oigo eso me hace reir, porque en Estados Unidos, si mañana cojo el coronavirus no sé si voy a tener asistencia médica. Mucha gente aquí no tiene seguro y a otra tanta, aunque lo tenga, no se lo cubre. Así que habrá por ahí muchas personas en su casa que estén contagiadas y nadie lo sepa”, explica la atleta, muy sensibilizada con la situación. “Aquí falta conciencia. La gente piensa que es una gripe sin más, que da igual si salen y la cogen, que no les va a pasar nada”.

Suspensión

Las autoridades universitarias han decidieron adelantar las vacaciones de primavera al pasado lunes y, tras ese periodo de descanso, las clases se retomarán de forma “online” hasta el final del semestre. “En principio, hasta que no haya un caso de coronavirus en el campus, este permanecerá abierto”, asegura.

Académicamente, Claudia Rojo no sabe cómo le afectará la nueva situación. En su quinto curso y pendiente de graduarse, está preparando el trabajo de fin de grado en el que ha de construir un avión teledirigido. Un proyecto presencial que por el momento ha quedado en suspenso. En el plano deportivo, el parón no le viene mal del todo pues desde principios de febrero acarreaba una lesión en un isquiotibial que se agravó tras su participación, el 28 de febrero, en la última prueba de pista cubierta de la Conferencia. “Fui a la competición con lo puesto, sabiendo que me podía hacer daño, pero aquí son así las cosas, hay que ir y hay que ir... y tal cual: me lastimé haciendo el salto de longitud”, explica. Así que ahora “estaba haciendo rodaje, terapia, ejercicios de fuerza, pero sin esprintar a tope. Con la temporada probablemente cancelada, me va a venir bien para tomármelo con calma y recuperarme bien”.

Familia

En estos días tan convulsos, Claudia Rojo vive muy pendiente de lo que sucede en España. La preocupación por su familia es evidente, “pero tengo suerte de que, aunque nadie está protegido en ningún sitio, al menos en Ferrol las cosas están más tranquilas”, reconoce, “además, ahora que están en casa me quedo más tranquila. Me gustaría estar con ellos, apoyándolos y viviendo este momento, pero obviamente ahora mismo no puedo estar en ningún sitio mejor que aquí, en Wichita, Kansas, en el medio de la nada...”, bromea. De hecho, sus padres tenían programado visitarla durante la Conferencia y su graduación pero, a estas alturas, “ni se si podrán viajar y la graduación por ahora se ha pospuesto”.

Eso sí, también hay tiempo para algún reproche, porque “estoy un poco enfadada con alguna gente que veo que está siendo irresponsable y no sigue las medidas que tiene que seguir”. l