Ha pasado el mes de junio, plazo que Navantia y la naviera Ondimar se dieron para cerrar la construcción de cuatro petroleros, y el encargo sigue en el aire. El pasado día 30, efectivamente, las partes firmaron in extremis un contrato que carece de validez hasta que sea refrendado por sus respectivos consejos de administración, un trámite que normalmente es previo y no posterior. Además, deberá obtener el visto bueno del consejo de administración de la SEPI, algo que según la información recogida por este diario no es, en estos momentos, un mero trámite.
También está por resolver la cuestión del tax lease y el reparto de la carga de trabajo entre los astilleros del sur y los de la ría de Ferrol, aunque diversas fuentes apuntan a que el grueso del trabajo irá a Cádiz. Y junto a todos estos flecos por resolver, está el hecho de que ha adelgazado el encargo: en la campaña eran cuatro petroleros con opción a otros dos, y ahora el esquema es el encargo de dos con posible ampliación a otros dos y más adelante a otros dos.
Las prisas para firmar el acuerdo no tenían solo por objeto cumplir con el plazo que se había anunciado en plena campaña de las municipales. Además, la demora habría supuesto la aplicación al proyecto de una nueva normativa para este tipo de barcos y su encarecimiento. La realización del trabajo a precios internacionales es una condición que se propone cumplir Navantia, una compañía que en los últimos años ha achacado en gran parte a los costes laborales su falta de competitividad. Curiosamente, en este caso el grupo público aportará casi en exclusiva mano de obra, puesto que el diseño e incluso los materiales llegarán del contratista principal, la factoría coreana de Daewoo.
Sobre el controvertido contrato se pronunció ayer la CIG. El sindicato lo valoró positivamente, aunque siga pendiente de ratificar, pero puso de manifiesto las dudas que se ciernen sobre el mismo. Para la central, el encargo “cun sistema low cost, con prezos de mercado e dependentes tecnoloxicamente de Daewoo” tendrá una clara repercusión en las condiciones salariales de los trabajadores.
En un comunicado, la CIG apunta que no se ha especificado qué parte del contrato se ejecutará en la ría de Ferrol y reclama que se utilicen las gradas de Fene para montar la mitad de los petroleros a ejecutar. “É unha oportunidade clara de demostrar que hai un compromiso para recuperar un sector estratéxico para Galicia”, señala el sindicato.
Desde las filas del CCOO, el secretario de la sección sindical en Navantia Ferrol, Javier Galán, consideró que todos los contratos son positivos pero apuntó que “tendríamos que hablar del plan industrial, de que se garantice la carga de trabajo y de construir barcos militares, que es lo importante”.
Según el anuncio que hizo Navantia el pasado 15 de mayo, cuando aseguró que en junio se sellaría el contrato para la construcción de cuatro petroleros con la naviera Ondimar, la obra debería comenzar antes de que finalice el presente año.